Paraguachón, la frontera que no votará por el abandono en que se encuentra
Este punto en los límites con Venezuela ni siquiera tiene servicio permanente de agua potable.

En la zona hay desabastecimiento de agua porque no hay cómo llevar el vital líquido porque las vías están cerradas. Desde hace un tiempo, unos 300 niños no pueden asistir al colegio por falta de transporte público y algunos padres, que viven del rebusque diario, no tienen como envían sus niños al colegio porque no hay nada que hacer
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Paraguachón es una población que cuenta con unos 2.156 habitantes entre la zona urbana y rural, pero en el censo electoral dice que tiene más de 5.000 personas aptas para votar: ¿de dónde salen? nadie sabe; los pocos que viven allí dicen que no acudirán a las urnas el primero y el 15 de junio, como una señal de protesta al abandono que los tienen sometidos
En Paraguachón no hay control“Los paisanos (indígenas) están listos para que los trasladen a votar, porque los candidatos están ofreciendo entre 30 y 50 mil pesos”, dijo un líder indígena de la frontera que pidió reserva de su nombre por seguridad. “A las autoridades pedimos mucho ojo en Paraguachón para los debates electorales, porque es un fortín de compraventa de votos”
El incipiente comercio de Paraguachón, está quebrado, porque la frontera la cierra cualquier grupo, cooperativa, gremio o indígenas que estén descontentos con o sin la razón y por cualquier motivo vienen y se toman la franja “Tierra de Nadie” y no permiten la circulación de vehículos a Venezuela y viceversa
La frontera ha estado cerrada hasta por 20 días seguidos y no hay pronunciamiento de ninguna autoridad regional o nacional, afirman los pequeños comerciantes perjudicados. Los más afectados son los propietarios de vehículos que transportan mercancía del Pacto Andino, ya que lo “merqueros”, en su mayoría indígenas Wayuu, pasan su mercancía por las trochas
Según los habitantes de la zona, el gobierno central, no brinda las herramientas para que los pobladores de Paraguachón tengan una estabilidad laboral, sus habitantes se quejan, porque a Cúcuta, Norte de Santander, se le brindan todas las garantías, mientras que Paraguachón se mantiene en el abandono total.



