Internacional

Los cuatro presidentes asesinados de EE.UU.

La historia de los asesinatos de presidentes de EE.UU. comienza en el siglo XIX.

En los albores de una nación que apenas terminaba con una sangrienta Guerra Civil, la primera víctima presidencial fue Abraham Lincoln, republicano de Kentucky, el hombre que logró la abolición de la esclavitud y salvó el estado de la unión…En el Teatro Ford de Washington, mientras presenciaba la obra Our American Cousin, a Lincoln le llegó la muerte el 15 de abril de 1865

Su asesino fue John Wilkes Booth, actor de profesión y opositor acérrimo a la causa de Lincoln. Junto con varios socios, planeó la muerte del presidentes y otros altos funcionarios del Gobierno. Los compinches fallaron, pero Booth no. Logró colarse en el teatro y llegó hasta palco presidencial, en donde le propinó al mandatario un disparo en la cabeza con una pistola Philadelphia Deringer. Horas después, el Presidente murió. El segundo en la lista llegó 16 años después. James Garfield, republicano de Ohio, recordado por sus esfuerzos para fortalecer el Gobierno Federal. A Garfield le llegó la muerte en una estación tren en Washington. El homicida fue Charles Guiteau, un abogado frustrado porque nunca lo nombraron como embajador en Francia, a pesar de todos los esfuerzos por acercarse al Gobierno para lograr su objetivo

Indignado, decidió atentar contra el presidente. Le disparó dos veces a Garfield, quien fue atendido por los médicos, pero las técnicas rudimentarias de la época complicaron la situación y murió el 19 de septiembre de 1881. A comienzos del siglo XX, EE.UU. vivía una expansión de protestas laborales por la falta de garantías para trabajadores de industrias de pleno crecimiento. El presidente William McKinley, republicano que había llegado al poder por la influencia de los más ricos del país, nada hizo para cambiar esa situación. EL 6 de septiembre de 1901, en el Templo de la Música, de Buffalo, NY, un joven de 28 años, Leon Czolgosz, hijo de inmigrantes polacos y de pensamiento anarquista, se filtró entre la multitud de un mitin político y asesinó a McKinley con un arma que tapó con un pañuelo en su mano derecha. Esta cadena de tragedias antecedió la muerte del demócrata John F. Kennedy en 1963 en Dallas, durante una recorrido por la ciudad a bordo de un vehículo en el que estaba su esposa Jackeline Kennedy. Las imágenes de los disparos que impactaron su pecho y su cabeza, y todas las preguntas por resolver sobre el crimen, se recuerdan con especial tristeza cada 22 de noviembre.

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