“A veces lloraba por que no tenía nada para darle de comer': madre de crianza de Catherine Ibargüen

Ayola Rivas la madre de crianza de Catherine Ibargüen, ganadora de la medalla de bronce en el mundial de atletismo revelo en dialogo con Caracol Radio las dificultades en la que tuvo que criarla en medio de la violencia, el desplazamiento y ante todo la pobreza

Dijo que pese a sus dificultades siempre pidió por que Catherine no abandonará el estudio que era lo único que le podría quedar para sobrevivir, en medio de la violencia que se viva en Apartado de donde sufrió el desplazamiento hacia Medellín

Reveló que los inicios de la deportista se dieron cuando en el colegio fue descubierta por un entrenador que la escogió y allí ella se dio cuenta que quería ser atleta, dijo que le pidió permiso y se lo concedió por el deseo que tenía de serlo

Su testimonio estuvo marcado por la difícil situación económica por la que padeció ya que señala que siempre lloraba por que no tenían muchas veces que comer y la comida que le daba era de pobre

“A veces lloraba por qué no tenía nada para darle…le daba comida de pobre…todo lo que pudiera darle ya que no podía darle gusto “ dijo Rivas

La señora Rivas dijo que la vida de Catherin transcurrió sin la presencia de sus padres quienes se separaron debido a la violencia en Urabá, ya que su papa tuvo que abandonarlas por esta situación fue entregada a un tío y luego ella la recibió

“Yo la crié gracias al señor, fue muy buena siempre, buena estudiante, pero eso si le reclamé que no dejara la escuela” dijo la madre de crianza

Sostuvo que durante mucho tiempo llevaron una mala vida y que siempre le dijo a Catherin que se tenía que superar se por su mama que también se tuvo que ir para conseguir trabajo lavando ropa

Relató que cuando Catherin entrenaba todos los días le tocaba pedir permiso en el trabajo y ganaban poco dinero y así fue desarrollando su habilidad en medio de las dificultades

La señora Ayola Rivas dijo que en la actualidad ella sigue en medio de dificultades madrugando a una finca donde la pagan 280 mil pesos y reclamó que no la han querido pensionar