Colombianos emprenden proyecto para recuperar el río Magdalena
El gobierno de Colombia, en un esfuerzo por llevar progreso a históricos pero olvidados pueblos que fueron vitales en la época de la conquista española y en la gesta libertadora de Simón Bolívar, comenzó a recuperar la navegabilidad por el Río Magdalena.
MAGANGUE.--- El gobierno de Colombia, en un esfuerzo por llevar progreso a históricos pero olvidados pueblos que fueron vitales en la época de la conquista española y en la gesta libertadora de Simón Bolívar, comenzó a recuperar la navegabilidad por el Río Magdalena.Ya no volverán los años románticos de aguas cálidas y paseos en barcazas a vapor por el llamado río grande de Colombia.Pero quizás sí retornen los tiempos coloridos y vitales en que el principal río de este país andino, el Magdalena, se consagró como el eje económico, político y social que forjó la historia de la nación desde que el conquistador español Rodrigo de Bastidas llegó a su desembocadura por primera vez, en 1501.Por eso, el gobierno del presidente Alvaro Uribe destinará 600 millones de dólares para que se inviertan en los próximos 16 años para recuperar la navegabilidad del río, cuyos 1.185 kilómetros recorre el país desde el Océano Atlántico hasta el interior, pasando por 728 municipios."Hoy se movilizan casi un millón de personas por el río y cerca de 2,5 millones de toneladas de carga, cada año. El potencial, en un escenario de 15 años, puede llegar a 20 millones de toneladas y unos ocho millones de personas", dijo el ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego.Bajo un fuerte sol y con los destellos del Magdalena a sus espaldas, el ministro previó en Magangué, municipio del departamento de Bolívar, al norte del país, que toda clase de embarcaciones artesanales y comerciales de carga y de pasajeros volverán a circular por el río.El proyecto busca darle mayor competitividad y conectividad a este país exportador de petróleo, café, bananos, flores y textiles, rebajando los costos de carga para las importaciones y las exportaciones.A modo de ejemplo, según la ensambladora colombiana Sofasa, una de las 25 empresas que inicialmente respaldan el proyecto, trasladar un vehículo por tierra desde la Costa Atlántica hasta el interior del país cuesta unos 660 dólares, mientras que por río costaría cerca de 345 dólares."Los empresarios productivos aportarán la carga y dinero por cada tonelada transportada y los empresarios del sector transporte darán el equipamiento y un tributo por utilizarlo. Eso, aunado a recursos del Estado, permitirá manejar el río en condiciones de navegabilidad durante los 365 días al año", explicó Gallego. EL RíO ES Y ESTá EN EL CORAZóN"La navegación está muy muerta, se ha perdido mucho, es necesario mucho dragado porque ahora sólo son navegables 631 kilómetros del río. Además hay mucha contaminación", afirmó el piloto Julio Cabrera, quien por el río ha visto circular todo tipo de basuras, animales muertos y cadáveres de personas.Son frecuentes los cuerpos tirados al río por los grupos armados ilegales que infestan las laderas del Magdalena, especialmente las guerrillas izquierdistas y los paramilitares de ultraderecha, que pretenden así deshacerse de sus delitos, en medio de la guerra de 38 años que aflige al país.En aras de garantizar el éxito del proyecto, el Estado quiere fortalecer el sistema de seguridad que tiene el Magdalena, custodiado por unos 900 soldados que lo patrullan de día y noche en botes de guerra y que acompañan cada una de las embarcaciones de carga, muchas de ellas blindabas, que navegan por su cauce.Imponentes sobre el paisaje yacían siete remolcadores de carga en este puerto. En uno de ellos, reluciente por su color zapote, estaba Manuel Cantillo, un moreno y fornido operario que trabaja para la Naviera Fluvial Colombiana, firma pionera en el transporte de pasajeros y carga.Se mostró entusiasta explicando que "su" remolcador tenía tres motores con capacidad de 2.250 caballos de fuerza para mover 6.000 toneladas de carga por viaje, pero estaba más ilusionado con la posibilidad de tener más horas de trabajo con el nuevo proyecto emprendido por el gobierno.Cabrera, piloto de la misma embarcación, también espera el fomento del empleo, pero asegura que es necesario ejecutar obras de dragado y canalización en siete puntos cruciales de la cuenca fluvial, rodeada por una zona de humedales tropicales catalogadas entre las seis más importantes del mundo.Son ilusiones y promesas de una comunidad que anhela ver en "el río de su corazón", como lo expresó un anciano habitante de Magangué, un futuro promisorio para que las nuevas generaciones también tengan, como los abuelos y bisabuelos, historias de vida que contar.



