Descendientes de alemanes tendrán su fiesta en Brasil
¿Salchichas o feijoada? Los descendientes de alemanes que viven en Brasil no están preocupados por definir el menú para el almuerzo del domingo después de la final del mundial de fútbol entre las selecciones de ambos países.
SAO PAULO.--- ¿Salchichas o feijoada? Los descendientes de alemanes que viven en Brasil no están preocupados por definir el menú para el almuerzo del domingo después de la final del mundial de fútbol entre las selecciones de ambos países.Para ellos, la fiesta ya está asegurada, más allá de quién sea el vencedor.Los primeros inmigrantes alemanes llegaron a Brasil a mediados del siglo XIX y la mayor concentración de descendientes está en la región sur y en Sao Paulo."No tenemos el número exacto, pero la mayor parte de ellos se encuentra en el estado de Santa Catarina, en la ciudad de Porto Alegre (en el estado de Rio Grande do Sul), en el interior de Paraná y en todo el estado de Sao Paulo", afirmó Christoph Bundscherer, consejero de la embajada de Alemania en Brasilia.El diplomático ofrecerá un desayuno "temático" para funcionarios y otros invitados especiales."1 a 0 para Alemania, rumbo al tetra", anticipa Bundscherer sobre el resultado de la final, en la cual espera que los germanos obtengan su cuarto título mundial, algo que ya lograron los brasileños con su conquista de 1994. CORAZONES DIVIDIDOSLa pequeña Pomerode, en Santa Catarina, es la ciudad que reúne la mayor concentración de descendientes alemanes en el país y contará con una pantalla gigante en su plaza principal "con decoración en verde y amarillo", enfatiza la brasileña Ivone Lemke, funcionaria de la secretaría de Turismo local.Los primeros alemanes llegaron a Pomerode en 1861 y hasta hoy cerca del 80 por ciento de sus 22 mil habitantes son de origen germano.Uno de los deportistas más famosos de Brasil, el tenista Gustavo "Guga" Kuerten, oriundo de la ciudad de Florianópolis, en la isla de Santa Catarina, también es descendiente de alemanes y cuando se impuso en los torneos de Stuttgart y Hamburgo fue ovacionado en la patria de su ancestros.En Blumenau, tambiém en el estado de Santa Catarina, "va a tener lugar el domingo la mayor concentración del país entre alemanes y brasileños", dijo el superintendente de la Secretaría de Turismo de Blumenau, Braulino Pontes.En la calle XV de Novembro se va a colocar un palco con una pantalla gigante, una banda alemana, grupos de bailes y danzas folclóricas para antes y después del partido. "Vamos a tener un ´termômetro´ para medir a quién van a apoyar los aficionados", detalló Pontes, sin saber quién cuenta con la mayor hinchada.Sin embargo, por lo visto, no va a ser preciso un termômetro para descubrir a cuál equipo apoyarán los catarinenses."Los descendientes estamos esperando una victoria brasileña. Si gana Alemania, será algo insólito", dijo Harold Heinrich Letzow, nieto de alemanes y organizador de la primera Oktoberfest, la mayor fiesta alemana fuera de ese país europeo.La opinión de la diseñadora industrial alemana Cristine Buhr es bien diferente. Residente de Blumenau desde hace 20 años, ella anticipa que Alemania ganará por 2 a 1."Voy a apoyar a Alemania, aunque mi hijo más pequeño me está pidiendo que apoye a Brasil. Lo que importa es la fiesta", declaró la alemana, casada con un brasileño y madre de tres hijos catarinenses.El el Instituto Goethe de Porto Alegre el clima ya es de fiesta."Siempre vemos los partidos juntos y acordamos que los simpatizantes de los perdedores pagarán el churrasco e irán a lavar la loza", dijo el director del instituto, el alemán Reinaldo Sauer, quien anticipó una victoria brasileña en tiempo suplementario.Para algunos simpatizantes, más allá del resultado final, lo realmente importante será la fiesta que tendrán el domingo."Vamos a festejar y si gana Brasil mejor todavía", dijo Ary Lingner, descendiente de alemanes y presidente de la Liga Blumenauense de Grupos Folclóricos.



