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Los arqueros siguen siendo los excéntricos del fútbol

Excéntricos, hombres de acero o simplemente locos de atar, los jugadores que defienden los tres palos probablemente serán héroes olvidados y recordados como los chivos expiatorios de la Copa Mundial de fútbol.

KOBE.--- Excéntricos, hombres de acero o simplemente locos de atar, los jugadores que defienden los tres palos probablemente serán héroes olvidados y recordados como los chivos expiatorios de la Copa Mundial de fútbol.
Una vez que se juegue la final el 30 de junio en Yokohama, se producirán videos con los mejores goles y los aficionados hablarán sobre los que deberían haber sido atajados.
Dentro de un mes, después de 64 partidos disputados en Japón y Corea del Sur, ¿habrá algún momento completamente loco como el que protagonizó el pintoresco arquero colombiano René Higuita en la Copa Mundial jugada en 1990 en Italia?
O ¿habrá algo que se iguale a ´la salvada´, la asombrosa atajada que le hizo el inglés Gordon Banks a Pelé en el mundial de México de 1970?
Higuita cometió lo que él reconoce fue "un error más grande que una casa" cuando abandonó su área haciendo una de sus características gambetas sólo para que le arrebatara la pelota el camarunés Roger Milla, que luego anotó sin problemas un gol ante el arco desguarnecido.
El error fue en realidad más grande que una casa, ya que causó la eliminación de Colombia y puso a Camerún en los cuartos de final.
La atajada de Banks todavía se comenta en bares y tabernas, mientras los aficionados tratan de imaginarse cómo logró lanzarse para elevar por sobre el travesaño el balón cabeceado por Pelé hacia abajo.
Aunque la salvada de Banks quizás sea la más famosa de la Copa Mundial, y posiblemente de la historia del fútbol, hay otros errores que todavía viven en la mente de los aficionados.
Tal es el caso del español Andoni Zubizarreta, quien envió un simple disparo cruzado dentro de su propio arco, provocando la derrota de su selección y otorgando a Nigeria una victoria en la primera ronda en 1998.
ESPECTRO
Los extrovertidos que cuidarán el arco en el mundial del 2002 vienen en todos los tamaños y cubren todo el espectro capilar, desde el francés Fabien Barthez, el héroe cabeza afeitada que ayudó en la victoria gala en 1998, hasta el inglés David Seaman, quien usa el pelo atado en una cola de caballo.
Con 1,71 metros de estatura, el mexicano Oscar Pérez es el más bajo de los arqueros titulares de la Copa Mundial, mientras que el más alto, el reserva chino Jian Jin, mide 1,98.
Todos ellos estarán tratando de copiar al italiano Walter Zenga, quien en el mundial de 1990 logró un récord al mantener su valla invicta durante 518 minutos.
Lo que hay que evitar es el ejemplo del desafortunado salvadoreño Luis Mora, quien tuvo que sacar 10 veces la pelota de dentro del arco en 1982 contra Hungría.
También van a estar esperando ser elegidos como el mejor guardavallas del torneo, un honor que hace cuatro años recayó en el paraguayo José Luis Chilavert, quien podría representar el lado más singular de la fraternidad de los arqueros.
Chilavert, quien regularmente anota goles con tiros libres, es el capitán de su equipo y un ícono con ambiciones políticas en su país.
Ha convertido más de 50 goles mediante tiros libres y penales en su carrera y, después de no poder marcar en ninguno de los cuatro partidos de su selección en Francia hace cuatro años, ha prometido cumplir con su ambición esta vez de llegar a ser el primer portero que marque un gol en un mundial.

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