Adversarios de Chávez planean pacto de unidad en Venezuela

CARACAS.--- Empresarios, sindicatos y la Iglesia Católica en Venezuela proyectan lanzar un inédito pacto de unidad para enfrentar las tensiones políticas y sociales en la nación sudamericana, pero hay dudas de que el gobierno nacionalista del presidente Hugo Chávez participe en el plan.
El acuerdo entre los tres poderosos sectores, que se anunciará el martes, surge en medio de las críticas de las cuales el centro es Chávez, signos de descontento en la fuerza armada y una crisis de confianza que preocupa a inversores.
"Es una alianza para ayudar a reconstruir el país", dijo a Reuters el presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, un acérrimo enemigo de Chávez.
La propuesta, que algunos analistas ven como un ultimátum para que Chávez rectifique su estilo de gobernar, pretende mejorar la calidad de vida de los trabajadores y generar fuentes de trabajo en Venezuela, donde el desempleo ronda 12 por ciento.
El plan "no es contra el gobierno", dijo el líder sindical que el miércoles lideró una marcha antigubernamental hasta el Legislativo, pero descartó de forma contundente la participación de Chávez en el pacto.
"El gobierno quiere arreglarse con el gobierno. Hay un proyecto de destrucción de todo para llevar su proyecto adelante", opinó Ortega.
Chávez, un ex jefe de paracaidistas que ganó la presidencia seis años después de liderar un intento de golpe de Estado, es acusado por sus adversarios de gobernar con un estilo autoritario y de no aceptar la disidencia.
Analistas políticos consideran que están dadas las condiciones para que los venezolanos construyan un acuerdo de unidad nacional con o sin Chávez para salir del clima de conflictividad que dicen agobia al país de 23 millones de habitantes.
Ortega explicó que la participación de la Iglesia Católica, blanco reciente de la ira presidencial que la calificó de ser uno de los "tumores" de país, es un factor importante "para balancear las cosas".
PACTO CONTRA EL POPULISMO
A medida que cae la popularidad de Chávez, según las encuestas recientes, arrecian las acciones de oposición en su contra. Los adversarios acusan al presidente de incumplir sus promesas electorales de acabar con la corrupción, la pobreza y el desempleo en el cuarto exportador mundial de crudo.
El presidente del sector empresarial Fedecámaras, Pedro Carmona, manifestó que el llamado "pacto de gobernabilidad", que será lanzado oficialmente el martes, dará énfasis al desarrollo económico y humano de Venezuela.
El acuerdo, sostuvo, excluye "la visión populista y de falsos mesianismos con los cuales se ha pretendido engañar al país de manera sostenida".
Chávez, que ha introducido radicales reformas que incrementan la intervención estatal en la economía y redistribuye tierras ociosas entre campesinos, enfrenta una ola de críticas de obispos venezolanos, líderes empresariales y de la minoritaria clase alta y media, a quienes tilda de "oligargas" y "escuálidos".
En medio del descontento social, cuatro militares activos exigieron el mes pasado de forma separada la renuncia o el enjuiciamiento de Chávez.
La tensión aumentó esta semana cuando miles de empleados de la petrolera estatal PDVSA protagonizaron ruidosas protestas para exigir la renuncia de una nueva junta directiva, integrada por adeptos al gobernante.
"La situación de crisis del país es tal que es imprescindible un pacto de gobernabilidad" con Chávez o sin él, dijo el abogado constitucionalista Allan Brewer a la televisora local Globovisión.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), monseñor Baltazar Porras, un duro crítico de Chávez, afirmó que el gobierno y toda la sociedad deben participar en el inédito pacto. "Tenemos que salir de este marasmo, de este empantanamiento en el que estamos", sostuvo en entrevista con la emisora Unión Radio.