Gobierno argentino propone desmantelar la convertibilidad

BUENOS AIRES.--- El gobierno argentino envió el viernes al Congreso un proyecto de ley en el que pide poderes especiales para establecer un sistema monetario que reemplace al régimen de cambio fijo que desde 1991 mantiene el peso atado a la par con el dólar.
El proyecto también propone la desdolarización de los contratos entre privados y con el Estado y de las deudas de los ahorristas con el sistema financiero.
Estas medidas buscan evitar que una devaluación del peso --que el presidente Eduardo Duhaldo dijo que "está descontada"-- provoque un brote inflacionario.
El primer artículo del proyecto establece declarar la "emergencia pública (...) delegando al Poder Ejecutivo las facultades (...) por el término de dos años para proceder al reordenamiento del sistema financiero, bancario y del mercado de cambios".
El gobierno ya adelantó que usará los poderes especiales pedidos en el proyecto, que se espera sea aprobado este fin de semana, para lanzar un sistema bimonetario, con un peso oficial cuyo valor en dólares será establecido por el Banco Central -y se usará posiblemente en operaciones de comercio exterior- y otro que fluctuará libremente.
La propuesta oficial incluye compensar las pérdidas que le generarán a los bancos convertir a pesos sus créditos en dólares con la recaudación de un nuevo impuesto a las exportaciones de petróleo.
En el caso de los ahorristas, el Estado obligará a los bancos a respetar la moneda en la que hayan realizado sus depósitos y su capital, pero se "reestructurarán las obligaciones originarias", lo que deja abierta la posibilidad de que se altere el plazo de devolución y la tasa de interés.
Una serie de restricciones bancarias mantiene atrapada desde inicios de diciembre a la mayoría de los depósitos bancarios en las entidades financieras.
Respecto de las tarifas de las empresas de servicios públicos, que están dolarizadas, el gobierno propone obligar a las empresas a convertirlas a pesos aplicando un tipo de cambio de 1 a 1, abriendo un espacio para renegociar los contratos y fijar una nueva estructura de costos.
Si el proyecto es aprobado, el Banco Central estará habilitado a comprar y vender divisas en el mercado de cambios para regular el precio del peso, haciéndolo con las reservas propias o emitiendo moneda.
La propuesta es que las reservas en oro y divisas de la autoridad monetaria sigan siendo utilizadas para respaldar los pesos circulantes, como lo establece el sistema de convertibilidad.
Por último, el gobierno busca quitar del mercado los bonos no convertibles en pesos que emitieron las provincias y el Estado federal en los últimos meses para realizar pagos y enfrentar así una crisis de liquidez, y que suman según cálculos privados unos 3.000 millones de dólares.