Barak y Arafat hacia la paz o la guerra
Bajo la presión de sus adversarios políticos, el presidente palestino, Yaser Arafat, y el primer ministro israelí, Ehud Barak, entran hoy en la recta final para alcanzar un acuerdo de paz o marchar quizá a otra guerra entre sus pueblos.
JERUSALEM.- Bajo la presión de sus adversarios políticos, el presidente palestino, Yaser Arafat, y el primer ministro israelí, Ehud Barak, entran hoy en la recta final para alcanzar un acuerdo de paz o marchar quizá a otra guerra entre sus pueblos.En medios parlamentarios de Israel y en círculos políticos e intelectuales palestinos de Jerusalén oriental, no había nadie que apostara sin dudas al éxito de esta aparente última etapa de la "cumbre" que auspicia el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.Barak está en minoría en el Parlamento (Kneset), donde la oposición de derecha le exigía hoy adelantar las elecciones pues "no tiene mandato para renunciar a nada de la Tierra de Israel", y la popularidad de Arafat decayó notablemente en los últimos meses.Los nacionalistas palestinos y los integristas islámicos se han unido anoche en la ciudad autónoma de Ramala para exigir a Arafat que "no renuncie (por la paz) a ni una pulgada de Palestina", y menos en Jerusalén, ni al "derecho del retorno" para más de 3.600.000 refugiados a sus tierras en Israel y a la liberación de todos sus prisioneros, más de 1.700, alojados en este país.Los dos líderes se hallan "entre la espada y la pared" al cabo de un conflicto de más de un siglo por Palestina o la Tierra de Israel, pues tendrán que tomar decisiones que quebrarán el consenso nacional entre sus compatriotas respecto a Jerusalén y los territorios de Cisjordania y Gaza, si respondiesen afirmativamente a una propuesta de paz que les formuló Clinton, el árbitro entre ambos.Esto significará que uno y otro tendrán que cruzar el Rubicón, esto es, desbordar las "líneas rojas" que prometieron no cruzar "jamás" antes de concentrarse hace dos semanas en Camp David.Un miembro del Consejo Nacional Palestino (CNP), Fadel Tahbub, aseguró esta mañana que Arafat no hará "ninguna concesión" en lo que respecta a la soberanía en la ciudadela antigua y en los barrios árabes de Jerusalén, que Israel se anexionó tras la guerra de 1967."Yo sé cómo piensa Arafat y el liderazgo palestino. Jerusalén no pertenece sólo al pueblo palestino, es de todo el pueblo árabe", dijo el dirigente en declaraciones a la radio pública israelí.La soberanía en la ciudadela antigua, donde se hallan el Muro de las Lamentaciones judío, el Santo Sepulcro de los cristianos y las mezquitas sagradas de Omar y Al Aksa, estará hoy entre los temasmás espinosos de las negociaciones secretas en Camp David.Tahbub afirmó que "nosotros confiamos en Arafat, pero el pueblo palestino no está dispuesto a hacer más concesiones pues el territorio de Israel es 78 por ciento de Palestina" histórica.El político destacó que en Camp David, "por primera vez, los israelíes aclararon a qué están dispuestos a renunciar, y yo creo que puede haber pequeñas modificaciones en las líneas" o frontera futura entre el Estado judío y un Estado palestino, cuya proclamación no está en discusión, sino cuál será su extensión."Seamos pacientes y esperemos a ver qué ocurre en las próximas 24 horas", dijo hoy el secretario del Consejo de Ministros de Barak, Isaac Herzog, quien aconsejó "no dejarse llevar por las conjeturas y las contra-conjeturas" de las fuentes informativas. Los organismos de seguridad israelíes han informado a Barak, "concentrado" con Arafat en la residencia de Camp David, que el presidente palestino ha ordenado a Al Fatah, su movimiento, prepararse para una posible guerra con Israel.Así lo informaron hoy fuentes de la delegación israelí a corresponsales de su país en esa residencia de Maryland. También aseguraron que los palestinos están haciendo contrabando de armas."El pueblo palestino no es el lado fuerte del conflicto ni amenaza. Es Israel quien amenaza, emplaza tanques en los asentamientos judíos y entrega armas a los colonos", dijo Tahbub, "pero estamos dispuestos a defendernos hasta la última gota de sangre", agregó.



