LA VIDA ES BELLA MUESTRA QUE HAY ESPACIO PARA FILMES EXTRANJEROS

Los europeos verán los tres premios Oscar de "La vida es bella", de Roberto Benigni, no sólo como una victoria para Italia, sino como un espaldarazo para las diversas industrias cinematográficas de ese continente.

La victoria de Benigni demuestra a los europeos que es posible penetrar la fachada notoriamente pro estadunidense de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y también parece indicar una nueva aceptación de las películas que no estén habladas en inglés.

"La vida es bella", que fue nominada en siete categorías, incluso la correspondiente a la mejor película, ya es la cinta en idioma extranjero más taquillera de Estados Unidos con 34 millones de dólares. A nivel mundial ha reunido más de 130 millones de dólares.

El controversial drama satírico del Holocausto, el que también ganó el Oscar para la película extranjera y banda musical dramática original, fue escrito y dirigido por Benigni. En la categoría de filme extranjero, es la décima victoria en 26 nominaciones.

Para mucha gente de la comunidad internacional, la academia parecía tener un curioso sentimiento antiextranjero, resaltado por sus controversiales regulaciones para cintas foráneas.

Aunque algunos en Hollywood pueden sostener que 1998 fue una aberración, con una cantidad inusitadamente alta de películas de otras culturas, la mayoría cree que el éxito de "La vida es bella" sí representa una especie de cabeza de playa.

El talento extranjero estuvo presente en numerosas categorías más, incluso la mejor película del año, "Shakespeare in Love" (Shakespeare enamorado), una producción británica que ganó siete estatuillas, y Jenny Shircore, de Gran Bretaña, por el maquillaje en "Elizabeth".

Los escandinavos Kim Magnusson y Anders Thomas Jensen ganaron el premio al mejor corto por "Noche de elecciones", y Keiko Ibi, también de Escandinavia, por el mejor documental por "Anuncios personales".

Aparte de esas victorias, para muchos las siete nominaciones para "La vida es bella", y las dos de "Estación Central", de Brasil, parecen ser una aceptación de filmes internacionales