En Medellín el 22% de la población no puede comer 3 veces al día

Colombia aparece como el único país de Suramérica y uno de los tres de América Latina, que tiene una alerta por riesgo de incremento del hambre en el más reciente informe de la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura-. La organización supranacional indicó que 7.3 millones de colombianos , incluyendo a los inmigrantes venezolanos, necesitarán asistencia alimentaria en este 2022 para no llegar a un estado de padecimiento de hambre aguda. Pero ¿cómo está el panorama en Antioquia?En Caracol Radio dialogamos con Luis Fernando Agudelo, vocero de Medellín Cómo Vamos, quien manifestó que los indicadores de hambruna en Medellín y el Área Metropolitana también subieron en el 2021, no tanto como en otras ciudades del país, pero la entidad registró el peor indicador de seguridad alimentaria desde el 2006. “El 22% de las familias de Medellín a las que consultamos, nos respondieron que no pueden comer tres veces al día. Eso significa que ya llevamos dos años continuos en las que las familias de la ciudad nos responden que están en ese nivel, que es el peor nivel de seguridad alimentaria que tenemos desde que realizamos la encuesta de percepción ciudadana en el 2006”, explicó el experto. Por otra parte, Medellín Cómo Vamos señaló que la ciudad tiene los recursos suficientes para abordar esta problemática , no obstante, cuestionaron la voluntad de la administración por acabar con el hambre en los medellinenses.Lea también:Según el vocero, solo en la zona nororiental el 40% de la población no puede acceder a las tres comidas del día. La solución que plantea Medellín Cómo Vamos es primero cambiar la forma en como se entregan las ayudas, segundo aumentar los recursos para la superación de la pobreza y pobreza extrema, y tercero completar el SISBEN 4 como el mecanismo para conocer el número de personas que necesitan los subsidios de alimentación. La FAO estableció variables que inciden en la alerta de hambre aguda en Colombia y son la inestabilidad política, la crisis migratoria y los efectos económicos de la pandemia del COVID-19, entre otras.