<strong>En el acuario de Santa Marta permanecen ocho delfines</strong>, de los cuales, tres son de la especie otalias y cinco tursios, las edades de estos animales están entre <strong>el año y medio y los 17 años</strong>, además están bajo el cuidado del personal de este lugar y a cada uno le han puesto un nombre para identificarlos.La cuarentena ha permitido reforzar la actividad <strong>“A mar abierto”</strong> que realiza el personal del acuario con los diferentes delfines en Playa Blanca, <strong>a donde son llevados para que puedan tener una interacción con otras especies</strong>.<em><strong>Lea también: </strong></em><a href="https://t.co/Hs0ePzsDC1?amp=1" target="_blank"><span>El proyecto escolar que salva a las hicoteas del consumo humano</span></a>“Es una actividad que les permite a ellos interactuar, pero también nos sirve como método de investigación <strong>para tener datos importantes para la ayuda de futuras especies en su reinserción en el medio ambiente</strong>”, explicó <strong>Ángela Dávila</strong>, veterinaria del acuario y museo del Mar del Rodadero.Según Dávila,<strong> esta actividad se ha podido realizar cada fin de semana</strong> desde el inicio de la cuarentena debido a que no hay personas bañándose en la playa y no hay presencia de lanchas que puedan poner en riesgo a los delfines.Aunque el acuario de Santa Marta se sostiene con el ingreso económico que recibe por el turismo, el cuidado y la comida que necesitan los animales que allí permanecen no ha disminuido a pesar de la cuarentena.“A las especies no les ha faltado nada,<strong> se está pidiendo unas donaciones a diferentes sectores pero el compromiso es seguir adelante</strong> y en esta cuarentena estamos más tiempo con ellos que lo que estamos en nuestras casas”, dijo Dávila.