Navegando al Corazón del Pacífico llegó a Iscuandé
La población esperaba ansiosa la misión humanitaria que transporta el buque en medio del bochornoso clima que genera el calor mezclado con la lluvia.
Navegando al Corazón del Pacífico llegó a Iscuandé / Caracol Radio
Después de recorrer 50 millas neuróticas desde Mosquera, el buque ARC Bahía Málaga llegó a Iscuandé, en donde la algarabía se sintió en el “Paso real”, como se conoce el muelle a través del cual se hacen los principales desembarques.
En esta población nariñense cada 1 de diciembre y durante siete días le rinden homenaje a su patrona la virgen de Santa Bárbara de Iscuandé, de donde se deriva su nombre. Los iscuandereños preparan desde ya esa fiesta que incluye orquestas, balzada y el “estrene” para grandes y chicos.
En Iscuandé se respira alegría, el vallenato, la salsa y la música de marimba se confunden entre los parlantes que retumban en cada uno de los negocios que abren temprano para atraer a la clientela.
Es tierra de músicos, poetas y futbolistas. Figuras que se destacan en el escenario nacional nacieron en este cálido poblado según el profesor Fermín Obando.
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El ejemplo lo siguen 124 niños que entrenan con él para formarse no solo como deportistas sino como seres humanos.
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Raíces Iscuandereñas
En el recorrido por la población, Caracol Radio encontró justo a lado de la iglesia el retumbar de un cununo, al que poco a poco se le fueron sumando otros instrumentos, allí ensaya el grupo ‘Raíces Iscuandereñas’ integrado por 14 jóvenes que hace tres años se unieron bajo la orientación de la profesora Marina Solís, quien asegura que la meta es llegar a 30 integrantes y avanzar con ellos en la preservación de la tradición ancestral musical.
Navegando al Corazón del Pacífico cumplió su misión en Iscuandé, más de 2700 personas fueron atendidas en distintas especialidades y recibieron ayuda humanitaria.
Los profesionales terminaron haciendo hasta cirugías que no tenían programadas. Según el odontólogo Luis Eduardo Cujar se encontraron con casos complejos que podrían desencadenar en graves enfermedades como cáncer, por lo que se dieron a la tarea de practicarlas yendo un poco más allá de lo inicialmente planeado.
Para el odontólogo de la Fundación Gotitas de Amor que hizo parte de la brigada, al final de esta jornada se confunden los sentimientos de tristeza y alegría por la labor cumplida y al mismo tiempo por la necesidad latente de hacer mucho más por estas comunidades.