Un año electoral, más costos y menos margen: así pueden prepararse las PYMES para 2026
Para el primer semestre de 2025, por cada 100 empresas creadas se cerraron aproximadamente 138, según lo detalla un informe de Reporta Colombia.
Pequeñas y Medianas empresas
El tejido empresarial colombiano llega a 2026 con señales mixtas. Por un lado, la economía ha tenido un año ambivalente, pues, si bien el PIB creció un 3,6% en el tercer trimestre de 2025 y los indicadores de desempleo han disminuido, temas como la inflación siguen preocupando a varios expertos.
Aunque se mantiene en un margen moderado, entre el 5% y el 5,5%, continúa por encima de la meta tradicional del banco central, lo que se traduce en tasas altas, un menor poder de compra de los hogares colombianos y, finalmente, en un impacto real sobre las finanzas de las más de 1,5 millones de empresas activas que hay en el país.
A esto, habría que sumarle un panorama de año nuevo que estará cargado de hechos como la implementación de la reforma laboral, aumento de costos salariales, ajustes en la jornada y un clima político que suele retrasar decisiones de inversión.
Para el experto en estrategia y transformación organizacional Juan Fernando Bermúdez, quien también es CEO de la firma BM Mentors, el mayor riesgo no es el entorno en sí, sino la parálisis. “En Colombia, 2026 combina un año electoral intenso, presión fiscal y reglas de juego que pueden cambiar rápido. Eso hace que muchos empresarios duden, frenen inversiones o reaccionen tarde”.
“El mayor error de las empresas en 2026 no será equivocarse, sino quedarse inmóviles esperando claridad” enfatiza.
Teniendo en cuenta el complejo panorama que se avecina en el país, el experto en temas corporativos analizó cuáles serán las claves para impulsar el crecimiento de las empresas durante el año:
- Pensar en sistemas, no en apuestas aisladas. Muchas pymes toman decisiones reactivas: contratan cuando hay un buen mes y recortan ante la primera caída. La alternativa está en definir reglas claras y anticipadas. En ese sentido, las empresas que mejor navegarán la incertidumbre no serán las más grandes, sino aquellas que no cambian de criterio en cada trimestre.
- Usar inteligencia artificial con criterio empresarial. La ventaja competitiva no está en “tener IA”, sino en liberar tiempo y reducir fricción operativa. Automatizar cotizaciones, mejorar tiempos de respuesta o anticipar picos de demanda pueden generar más impacto que proyectos tecnológicos complejos. “En 2026, la ventaja no la tendrán las empresas más tecnológicas, sino las que usen la tecnología para simplificar su día a día”, señala el directivo de BM Mentors.
- Planear por escenarios y proteger la caja. En contextos volátiles, presupuestar una sola ruta es insuficiente. Bermúdez recomienda trabajar con escenarios base, estresado y optimista, con decisiones preaprobadas. “La caja es más importante que la rentabilidad en papel. Proteger la flexibilidad financiera no es ser conservador, es comprar tranquilidad”.
- Invertir en confianza y reputación. En mercados saturados y con una economía de la atención fragmentada, la reputación se convierte en un activo estratégico. Hoy muchas pymes crecen por recomendaciones y relaciones de largo plazo. En un entorno incierto, las empresas que sobreviven no son las que más gritan, sino las que generan confianza sostenida.
Más que tableros complejos, el experto recomienda observar señales clave: rentabilidad real por línea de negocio, nivel de caja y sensibilidad a riesgos externos, dificultad creciente para vender y reprocesos internos que consumen tiempo directivo. “Cuando estos puntos se miran tarde o se ignoran, el mercado ya está cambiando”.
En un país donde más del 99% del parque empresarial está compuesto por mipymes, el crecimiento sostenible no pasa por “adivinar el futuro”, sino por construir sistemas de decisión y ejecución que se adapten con rapidez.