En un caso que ha conmocionado a la opinión pública, un menor de edad ha sido sancionado a siete años y medio de reclusión por el asesinato de Jean-Claude Germain Bossard García, durante un atraco en el norte de Bogotá. La sentencia ha generado un profundo debate sobre la efectividad de la legislación actual en Colombia para castigar a los infractores juveniles.

Jean-Claude Bossard Serpa, padre la víctima, expresó su tristeza y frustración ante la condena, aunque reconoció que el juez actuó dentro del marco legal establecido. Según la ley, para un menor de edad en este tipo de casos, la pena máxima oscila entre dos y ocho años. Dado que el menor se declaró culpable, se aplicó una reducción de seis meses, resultando en la sentencia final de siete años y medio. El padre aclaró que esta condena no implica cárcel, sino “otras cosas especiales” para adolescentes.

“No se podía hacer nada más, la ley decía que para un menor en estos casos lo máximo era de dos años a ocho años, y ya que el menor se había declarado culpable, había que hacerle una reducción. Nosotros, pues estamos muy tristes con eso, pero es la ley que vamos a hacer”.

“Es un asesino en potencia”

Bossard Serpa enfatizó que, si bien la condena no le devolverá a su hijo, su principal deseo es que “no le pase esto a nadie más”. Hizo un llamado a revisar y modificar la legislación para que los jóvenes infractores sean castigados de una manera más severa, especialmente en casos de robos que terminan en tragedias. “Un muchachito de 16 años con un revólver es un asesino y eso hay que tenerlo muy muy claro, y no se le puede dar pañitos de agua tibia a estos muchachos,”, afirmó, subrayando la necesidad de una respuesta legal más contundente.

Al ser consultado sobre la actitud del condenado, el padre de la víctima lo describió como un “asesino en potencia”. Relató que el menor esperaba salir libre y que su expresión cambió drásticamente al escuchar la sentencia, lo que sugiere que estaba convencido de que una disculpa sería suficiente para evitar la discusión. El padre lamentó la situación de la juventud actual, que en ocasiones se convierte en “asesinos”, y confía en que la justicia divina también actuará.

A pesar de su dolor, Bossard Serpa expresó su admiración por el juez que dictó la sentencia, a quien calificó de “valiente”. Destacó su juventud, fortaleza y decisión, así como la rapidez con la que llevó a cabo el proceso, dictando sentencia en menos de tres semanas desde el asesinato de su hijo. Aunque reconoció que la vigilancia de las condiciones de reclusión del menor es tarea de abogados, espera que tanto el juez como la ley estén atentos al futuro del joven, con la esperanza de que pueda reincorporarse a la sociedad de manera positiva.

La familia de Bossard enfrenta una Navidad difícil y Bossard Serpa extendió su solidaridad a otras familias que también han sufrido pérdidas trágicas en esta semana. Este caso resalta la urgencia de un debate nacional sobre la justicia juvenil y la necesidad de adaptar las leyes para abordar de manera efectiva esta creciente problemática.

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