Radio en vivo

Especiales

Mariana Sarmiento impulsa los bancos de hábitat para financiar la conservación en Colombia

Los Bancos de Hábitat de Terrasos están llevando inversión privada a la protección y restauración de ecosistemas.

Mariana Sarmiento: Báncos de Hábitat | Foto: Cortesía

Mariana Sarmiento Aparicio está liderando una de las estrategias más innovadoras de conservación en América Latina: los Bancos de Hábitat, un modelo que permite que la empresa privada invierta en la restauración y protección de ecosistemas por periodos de hasta 30 años.

Desde Terrasos, organización que dirige desde hace una década, ha impulsado 13 bancos en Antioquia, Meta, Cesar y Casanare, donde administran más de 7.200 hectáreas.

Sarmiento, bogotana, politóloga y científica ambiental formada en Tulane y Yale, creció escuchando conversaciones sobre justicia ambiental. Su padre, el abogado Germán Sarmiento Palacio, fue uno de los artífices de las acciones populares y del movimiento que incluyó la protección ambiental en la Constitución del 91. Hoy ella continúa esa línea.

¿Cómo funcionan los Bancos de Hábitat?

El sistema creado por Terrasos traduce la restauración ecológica en la unidad de biodiversidad.

Un inversionista financia un Banco de Hábitat durante 30 años. A medida que se logran resultados ambientales verificables, nuevas hectáreas restauradas, bosques protegidos, aumento de especies, se generan unidades.

De este modo, Empresas privadas compran esas unidades para cumplir obligaciones ambientales o como inversión voluntaria.

Sarmiento lo explica así: “Funciona como un proyecto inmobiliario. Solo que, en vez de apartamentos o carreteras, se construyen ecosistemas sanos”.

Desde 2014 han transformado zonas degradadas o productivas en paisajes. En el Meta aseguraron 600 hectáreas de bosque y restauraron más de 120 con especies nativas.

En Cesar restauraron 1.000 hectáreas de ganadería extensiva en un proyecto de recuperación de bosque seco tropical, uno de los ecosistemas más amenazados del país.

Innovación, biodiversidad y acuerdos con comunidades

Terrasos también desarrolla dos nuevas líneas que buscan mayor escala y transparencia. En primer lugar, la Tokenización de unidades de biodiversidad, seleccionada por el BID como proyecto piloto para Latinoamérica. Esta tecnología permite verificar en tiempo real cómo se generan, transan y transfieren los créditos ambientales.

Así mismo, los acuerdos de conservación en tierras baldías, son clave para proteger zonas donde históricamente no ha habido presencia del Estado.

Sarmiento insiste en que sin comunidades no hay restauración posible: “Ellos son los que garantizan la sostenibilidad. Son quienes conocen el territorio, cuidan los bosques, producen el material vegetal y convierten la conservación en una apuesta de vida”.

Un mercado global en crecimiento

El modelo de Bancos de Hábitat existe hace más de 30 años en Estados Unidos, Reino Unido y Australia, pero en Colombia apenas empieza a consolidarse.

El impulso internacional llegó en 2022, en la COP de Biodiversidad, cuando Terrasos participó en las discusiones globales que hoy buscan estandarizar los créditos de biodiversidad.

La empresa colombiana terminó liderando dos iniciativas internacionales: la Biodiversity Credit Alliance y el International Advisory Panel on Biodiversity Credits.

Para Sarmiento, el país tiene urgencias ambientales que hacen este modelo indispensable. Por ejemplo, un aumento de temperaturas, hasta 4°C en algunas zonas del Caribe, fragmentación de ecosistemas, vulnerabilidad económica y una creciente presión de economías ilegales sobre los bosques.

Terrasos tiene como objetivo proteger y restaurar ecosistemas sea una actividad económicamente atractiva, estable y replicable. “Cuidar la naturaleza debe tener sentido económico”, dice Sarmiento.

Por eso su trabajo no solo busca transformar Colombia, sino convertir al país en un laboratorio para otros territorios emergentes y que así, en Asia, África o América Latina, adopten modelos similares.

“Si no generamos alternativas económicas ligadas a la conservación, seguiremos perdiendo biodiversidad y, con ella, nuestra seguridad y desarrollo”, afirma.