Teniente Ramón: Sin un solo disparo rescató a 12 policías que estaban bajo fuego de las disidencias
El joven oficial, primer puesto del curso de Lanceros, lideró la maniobra que evitó la toma de la estación de Policía en El Carmelo, Cauca.

Teniente Carlos Daniel Ramón, primer puesto del curso de lanceros, uno de los más exigentes de las Fuerzas Militares.
Colombia
En medio de uno de los momentos más críticos en El Carmelo, corregimiento de Cajibío, Cauca, cuando las disidencias trataban de copar la estación de Policía y abrirse paso con fuego de fusilería y tatucos, un pelotón del Ejército encabezado por el teniente Carlos Daniel Ramón protagonizó una maniobra que hoy se puede describir como heroica, rescatar a 11 policías heridos y recuperar el cuerpo de un uniformado asesinado, sin cruzar un solo disparo.
Todo ocurrió cuando la unidad del oficial llegó a la zona en helicóptero. La aeronave fue recibida con disparos y tuvo que buscar un punto alterno para el desembarco. Desde tierra, las disidencias intentaban moverse hacia posiciones altas para lanzar artefactos explosivos, mientras el parque central del corregimiento estaba lleno de civiles.

Operación Perseo Plus
“Al principio la idea era capturarlos, pero había mucha población alrededor. Entonces cambiamos la estrategia: asustarlos para que se fueran y evitar que siguieran atacando la estación”, explicó un uniformado que participó en la operación.
La escuadra del teniente Ramón avanzó por terreno complejo, mientras otra fracción cubría los accesos para evitar que los grupos armados lanzaran tatucos. El objetivo principal era evacuar a los heridos.
Pero la ruta que inicialmente planeaban tomar estaba completamente minada. El propio oficial relató que fue una decisión instintiva y, según él, guiada por la fe, cambiar el camino en el último momento.
“Yo me decía: Dios mío, llévame por el mejor camino, guíame y guía a mis hombres. Íbamos a tomar otro sendero, pero algo me dijo que no. Si hubiéramos pasado por ahí, no estaría contando esta historia. Ese camino estaba lleno de artefactos explosivos, esperando para que nosotros pasáramos”, contó Ramón.
El pelotón avanzó asegurando cada metro hasta llegar al punto donde resistían los policías. La escena era desgarradora: varios uniformados sin munición, exhaustos, deshidratados y en shock.
“Cuando llegamos, había un policía sentado, llorando con el fusil en la mano. Estaba como paralizado por lo que había pasado”, relató el teniente.
A pocos metros, un artefacto explosivo improvisado permanecía listo para ser detonado, pero no alcanzó a activarse.

Momento de la evacuación
Con el área asegurada y sin que las disidencias lograran reorganizarse, comenzó la evacuación. Ninguna de las partes disparó. Los grupos armados, según la tropa, se replegaron al percibir el avance militar.
“Se llenaron de miedo y se fueron”, dijo el teniente. La misión concluyó con éxito: 11 heridos evacuados y el cuerpo del policía caído recuperado.
El relato de la operación se da en medio del reconocimiento que ha recibido el teniente Ramón dentro del Ejército, al ser homenajeado en la Noche de Honor.
Con apenas unos años de carrera, fue primer puesto del curso de Lanceros, considerado uno de los más exigentes del país, y ha acumulado méritos que han llamado la atención de sus superiores. “Soy una persona disciplinada, me gusta hacer bien las cosas. Este reconocimiento me llena de honor”, afirmó.
¿Qué hay detrás del uniforme?
Detrás del uniforme, dice él, hay un hombre sencillo, humilde y profundamente familiar. “En ese momento pensaba en mi hogar, en mi hija, mi esposa, mi madre y mi padre. Eso es lo que me impulsa”, aseguró. Su vocación, recuerda, nació viendo los desfiles del 20 de julio: “Me llenaba de orgullo ver a los militares uniformados, a los comandos. Aquí estoy. Soy lancero, gracias a Dios ocupé primer puesto”.

Teniente Ramón




