Cuando fueron detenidas botaron sus celulares, desde ahí no sabemos nada: delegación colombiana GMTP

Veinte embarcaciones de la marina israelí interceptaron a la Flotilla Global Sumud cuando se encontraba a menos de 90 millas náuticas de Gaza. El objetivo de esta embarcación era llegar con ayuda humanitaria para la población afectada por el bloqueo.

Cabe destacar que la delegación colombiana confirmó que Manuela Bedoya y Luna Barreto, tripulantes del barco HIO, fueron detenidas.

La delegación colombiana del movimiento global a Gaza denunció que la acción constituye una violación del derecho internacional y de los Acuerdos de Ginebra. Asimismo, exigió al gobierno colombiano intervenir y garantizar la liberación inmediata, protección y retorno seguro de estas integrantes capturadas.

En esta coyuntura, Ledys Sanjuan, coordinadora de esta delegación, pasó por los micrófonos de 6AM para ampliar la información sobre estos acontecimientos.

¿Qué se sabe de las dos colombianas?

Para empezar, Sanjuan afirmó que el barco fue interceptado hacia las 14:00 hora de Colombia, cuando se encontraba a 150 millas náuticas de Gaza, en aguas internacionales.

La mujer explicó que las detenidas lograron usar sus celulares antes de que fueran abordadas y que luego arrojaron los dispositivos al mar.

“En estos momentos, el interlocutor es el Ejército, porque ellas fueron secuestradas en aguas internacionales por esta unidad encargada de esta parte de la costa. Pero una vez entregadas, pasan a la policía local, que procesa a las personas”, agregó

También confirmó que fueron trasladadas junto a otros participantes en un avión militar hacia un puerto en Asdod, donde permanecen 443 personas de 46 países, sin acceso de las abogadas. Asimismo, resaltó la urgencia de exigir garantías consulares y advirtió que podrían ser deportadas o llevadas a prisión mientras se define su situación.

¿Cómo terminaron Manuela y Luna en esta flotilla?

La coordinadora dijo que llegó al movimiento por Palestina movida por la empatía de ver un genocidio transmitido en directo durante dos años.

También recordó que Manuela trabaja con víctimas del conflicto en el Cauca, por lo que entiende lo que significa una guerra que busca destruir pueblos y comunidades.

Por el lado de Luna, explicó que fue exiliada tras el estallido social, está casada con un palestino y vive esta lucha de manera muy personal. Además, manifestó que ambas activistas integraron la delegación colombiana.

Desde otra perspectiva, Sanjuan advirtió que Israel nunca entrega la ayuda y que su intención es invisibilizar el problema y el bloqueo en Gaza.

“Las personas que no queremos permitir que muera la humanidad, ni que pase un genocidio sin que al menos quede constancia de que hubo un grupo que lo intentó todo, estamos acá presentes en este movimiento”.

¿Cómo se percibe, en la delegación, la reacción en el mundo, frente a lo que pasó con la flotilla?

Sanjuan dijo que la percepción del movimiento varía, mientras algunas personas externas a la delegación lo ven como un gesto hippie, otros reconocen la urgencia de actuar ante el genocidio que se observa en tiempo real.

La activista explicó que ver a niños muertos o bebés sin alimento despierta una reacción humana que no puede quedarse en silencio ni a la espera de los gobiernos.

Por otra parte, resaltó que navegar durante 30 días en un velero de 12 metros demostró compromiso, pero también recordó que hay muchas formas de contribuir, desde participar en manifestaciones hasta dejar de consumir productos que financian el apartheid en Palestina.

¿Por qué el movimiento global a Gaza está protestando contra la ANDI?

Sanjuan explicó que no se trató de un ataque a la ANDI, sino de una denuncia contra las empresas privadas colombianas que mantienen vínculos con Israel.

La coordinadora manifestó que la ANDI ha establecido alianzas con la misión económica de ese país en Colombia y que recientemente organizó un seminario sobre software de inteligencia y armas.

También aclaró que la labor del movimiento se sostiene de manera independiente, gracias a donaciones recolectadas por medio de crowdfunding y al aporte personal de cada activista, sin apoyo institucional ni gubernamental; resaltó que todo se financia con recursos propios y solidaridad internacional.

“Nuestro gobierno ha tomado medidas y se ha posicionado en contra del genocidio, pero vemos que el sector privado no acata. Las empresas siguen haciendo contratos y lucrándose del genocidio. Por eso nuestro llamado es a cortar esos lazos”, concluyó.