Salud y bienestar

Hígado graso: por qué tomar más agua al día podría ser clave para tratarlo, según estudio de Harvard

Una enfermedad que viene en aumento los últimos años a nivel mundial y se relaciona con la dieta y la hidratación del cuerpo.

Hígado graso: por qué tomar más agua al día podría ser clave para tratarlo, según estudio de Harvard. Foto de Canva

Hígado graso: por qué tomar más agua al día podría ser clave para tratarlo, según estudio de Harvard. Foto de Canva

El hígado es uno de los órganos internos más grandes del cuerpo humano. Realiza más de 500 funciones, entre las que tiene un papel fundamental de producir bilis para digerir las grasas y filtrar las toxinas de la sangre.

Según datos de la Fundación Santa Fe de Bogotá, el hígado graso es una de las enfermedades hepáticas más frecuentes a nivel mundial. En general, afecta a un 38% de la población. Quienes presentan esta condición de salud suelen tener problemas con su peso, afectaciones en el corazón, vasos sanguíneos y alteración en el metabolismo de las sustancias como la glucosa y el colesterol.

La diabetes es otro factor de riesgo para que se desarrolle la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), razón por la que es muy recomendable mantener una dieta saludable y aumentar la hidratación consumiendo agua.

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¿Cuánta agua necesita el cuerpo al día?

Si bien no existe una medida exacta de consumo de agua en general, ya que esta depende del peso, la alimentación y la rutina, sí es fundamental que por lo menos se tomen de 4 a 6 vasos diarios, así lo indica el más reciente Informe Especial de Salud de la Facultad de Medicina de Harvard.

Este consumo diario evita que se desarrollen enfermedades graves en el hígado, los riñones y el estómago, principalmente, pero beneficia y regula a todo el cuerpo de la siguiente manera:

  • Transporta nutrientes y oxígeno a tus células.
  • Elimina bacterias de la vejiga.
  • Mejora la digestión.
  • Normalizar la presión arterial.
  • Fortalece las articulaciones.
  • Protege órganos y tejidos
  • Regular la temperatura corporal
  • Mantener el equilibrio electrolítico (sodio).

Para evitar sufrir de deshidratación, aumente los vasos de agua, en el caso de los hombres, 15.5 tazas pequeñas, y para las mujeres, 11.5, según la dieta que indica el informe. Además, complemente con más bebidas como té, jugos y alimentos como frutas y verduras.

El plan de nutrición que presentan los médicos de la universidad prioriza las frutas, las verduras, los cereales integrales, las legumbres, los frutos secos y el aceite de oliva. Limita la carne roja e invita al consumo de pescados.

Síntomas y signos de alerta

Este tipo de enfermedad en muchas ocasiones se presenta de manera silenciosa. Entre los primeros signos de alarma que preocupan, se encuentran la fatiga, sensación de no sentirse bien y dolor o malestar en la parte superior derecha del abdomen.

Cuando el hígado presenta alguna complicación, comienza a generar una cicatrización que aumenta e inflama el órgano, a este proceso se le conoce como cirrosis. En este punto es más sencillo notar algunos síntomas como:

  • Coloración amarilla de los ojos y la piel.
  • Coloración rojiza de las palmas de las manos
  • Arañas vasculares justo debajo de la piel
  • Picor en la piel severo
  • Acumulación de líquido en el área del abdomen, llamada ascitis.
  • Venas hinchadas en el esófago o várices esofágicas, que pueden romperse y sangrar.
  • Confusión, somnolencia y dificultad para hablar, también llamada encefalopatía hepática.
  • Bazo aumentado de tamaño, que puede disminuir el número de plaquetas en la sangre.
  • Cáncer de hígado.

Consulte con su médico ante cualquier malestar o realícese exámenes si nota este tipo de cambios en su cuerpo.

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