Pescado cultivado por firmantes del Acuerdo llegará a las mesas colombianas en Semana Santa
Estas experiencias no solo fortalecen la economía local, sino que también promueven la reconciliación y simbolizan el compromiso de los firmantes con la construcción de una paz duradera

Iniciativa de pescados
En esta Semana Santa, miles de colombianos consumirán pescado producido por firmantes del Acuerdo de Paz, quienes lideran proyectos de piscicultura en diferentes regiones del país. Estas iniciativas productivas, con el respaldo de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), representan una apuesta por la paz, la estabilidad económica y el desarrollo territorial. A través de la cría y comercialización de especies como cachama, tilapia y trucha, los firmantes han encontrado una vía para avanzar en su proceso de reincorporación y aportar al bienestar de sus comunidades.
Proyectos como el de Asosdepaz en Caquetá, Comuccom en Putumayo y ECOOMEEP en Cauca ya muestran resultados concretos con cosechas exitosas, ventas al por mayor y generación de empleo. En Huila, Asoforpaz realizó su primera pesca recientemente, mientras que ECOMUN en Meta prepara una gran cosecha de tilapia que beneficiará a más de 600 familias. Estas experiencias demuestran la solidez y proyección de la piscicultura como actividad económica sostenible liderada por excombatientes.
Otros proyectos como Piscícola Chacón en Santander y COMCAPAZ en El Tambo, Cauca, reflejan cómo tanto iniciativas individuales como colectivas avanzan con éxito, incorporando tecnologías para el uso eficiente de recursos y ampliando su impacto en las comunidades rurales. Además, en regiones como La Guajira, con la cooperativa Coompazcol, se trabaja en nuevas fases de implementación con miras a cosechas significativas en los próximos meses, aprovechando las condiciones climáticas para su desarrollo.
Estas experiencias no solo fortalecen la economía local, sino que también promueven la reconciliación y simbolizan el compromiso de los firmantes con la construcción de una paz duradera. La llegada de este pescado a los hogares colombianos en Semana Santa no es solo un logro productivo, sino una muestra concreta de transformación social, esperanza y trabajo colectivo por un país más justo y sostenible.



