Seguridad territorial: un llamado urgente para transformar el campo colombiano
En el marco de ‘El Futuro de la Colombia Agraria: diálogos por una tierra equitativa y sostenible’, Lizeth Montero Piedrahita, abogada y defensora de derechos humanos; y Yesid Arteta, investigador y negociador en la política de Paz Total, reflexionaron sobre los retos de la seguridad territorial en el país y sus impactos en el campo.
En este nuevo episodio de ‘El Futuro de la Colombia Agraria’, iniciativa de Prisa Media, Lizeth Montero Piedrahita, abogada y defensora de derechos humanos; y Yesid Arteta, investigador y negociador en la política de Paz Total, coincidieron en que la seguridad territorial en Colombia necesita un enfoque más humano y sostenible, que garantice dignidad y oportunidades en el campo, superando la dependencia de la militarización.
Transformar la idea de seguridad, según los panelistas, implica fortalecer economías locales, garantizar derechos y construir confianza en las comunidades más olvidadas del país.
Estas fueron algunas de las principales conclusiones de la conversación:
Se necesitan redefinir paradigmas asociados a la seguridad en el campo
“La seguridad territorial no puede limitarse a la militarización”, afirmó Lizeth Montero. Según la abogada caucana, garantizar la seguridad implica transformar las políticas públicas para que estas pongan en el centro los derechos humanos y los proyectos de vida de las comunidades rurales.
“Es necesario superar la marginalidad y ofrecer bienes y servicios que aseguren dignidad y oportunidades para los campesinos y las comunidades étnicas”, comentó.
Yesid Arteta coincidió con su punto, agregando que el modelo actual no ha sido efectivo debido a la complejidad geográfica y social del país:
“Colombia tiene una vocación agrícola, pero también una violencia endémica que complica la solución del conflicto. Nuestra topografía facilita la proliferación de actores armados, y los ciclos de violencia se perpetúan debido a la falta de implementación de los acuerdos”, agregó.
Atacar las gobernanzas de facto y las economías ilícitas es clave para proteger las zonas rurales
Lizeth Montero señaló que una de las principales amenazas que hoy enfrenta la población rural es la existencia de las gobernanzas de facto, alimentadas por economías dañinas, como la minería ilegal y los cultivos ilícitos. “Sin alternativas sostenibles ni fortalecimiento de las economías locales, las comunidades rurales terminan sometidas a normas impuestas por estos actores armados”, lamentó la abogada.
Arteta, por su parte, subrayó el vacío dejado por las FARC tras su desmovilización: “El Estado no ocupó esos espacios, y ahora vemos grupos que llenan ese vacío, aprovechándose de las riquezas naturales en territorios desconectados e inaccesibles”, indicó. Para él, la seguridad territorial debe trascender lo militar y apostar por una visión integral, que incluya desarrollo social y diálogo.
Se debe atender la falta de continuidad en las políticas de paz entre gobiernos
En cuanto a los avances de la política de Paz Total, Arteta resaltó que la falta de continuidad en las políticas de paz entre gobiernos ha dificultado la transformación territorial:
“Cada gobierno presenta un proyecto de paz a su medida, ignorando lo que se ha definido en el pasado. La seguridad no puede significar solo presencia militar; debemos construir seguridad humana que integre a diversos actores”, afirmó.
Generar más confianza en los territorios es clave para una paz sostenible
Montero también se refirió a la urgencia de retomar tareas pendientes en la agenda rural: “¿Dónde están la electrificación, el agua potable, el plan de vivienda rural, la protección social? Necesitamos políticas públicas que partan de las necesidades territoriales y no de una planeación centralizada”.
Según la abogada, el reconocimiento y fortalecimiento de las iniciativas locales son esenciales para devolver la confianza a las comunidades rurales.
Según los panelistas, uno de los logros recientes en esa búsqueda por retomar la confianza ha sido el cambio en la percepción de las fuerzas militares. “Hoy los militares son más conscientes de que la seguridad no puede resolverse únicamente con el uso de la fuerza. Este gobierno ha apostado al diálogo y ha permitido que los gremios se expresen sin represión. Ese es un avance que merece destacarse”, agregó.
El diálogo entre Montero y Arteta evidenció que la seguridad territorial requiere un enfoque integral, que articule desarrollo humano, fortalecimiento institucional y gobernanza inclusiva. Más allá de los desafíos, ambos coincidieron en que es posible construir un campo donde el campesinado no solo sobreviva, sino prospere con dignidad y equidad.
Vea aquí el episodio completo: