Alegría Fonseca, una defensora del medioambiente que trabaja con comunidades apartadas

Cuidar el medioambiente se volvió desde hace un tiempo en una lucha en la que todos participan porque, además de proteger el lugar en el que vivimos, “asegura la supervivencia de la especie humana, favorece la evolución de otros seres vivos y no hay un planeta B en el que podamos vivir como la Tierra”, sugiere el portal especializado ‘Ecología Verde’.

Es por ello que a lo largo de los años, a través de redes sociales u otros canales de comunicación, se ha visibilizado cómo cada vez son más las personas que buscan generar conciencia sobre el cuidado de los ecosistemas, así como la no explotación de recursos que son fundamentales para mantener el equilibrio en el planeta.

Bajo estas premisas, se formó una de las activistas medioambientales más importantes que tiene el país, se trata de Alegría Fonseca (@alegriafonseca), quien por 16 años en el Congreso de la República se dedicó a hacer normativas ambientales como la Ley 23 de 1973, creada con el propósito de “prevenir y controlar la contaminación del medioambiente, y buscar el mejoramiento, conservación y restauración de los recursos naturales renovables”, explica el texto.

El medioambiente y la representación del pueblo: dos luchas de Alegría Fonseca

Rodeada de montañas en Sotaquirá, Boyacá, nació Alegría Fonseca, una pequeña que con el pasar de los años su mamá le inculcó la independencia, creatividad y sobre todo el hábito por la lectura, recuerda la activista en una entrevista hecha por Isabel López Giraldo. Sin embargo, después de cruzar su infancia, adolescencia y parte de su juventud, llegó a la Universidad Nacional de Colombia, donde se formó como abogada y filósofa, no sin antes luchar por los derechos de sus compañeros, formando parte de la “resistencia”.

Durante su trayectoria, Fonseca llegó a ser concejal de Bogotá por el partido Liberal, allí trabajó arduamente por darle visibilidad al ciudadano de a pie hasta catapultarla al Congreso de la República en 1970, donde se enfocó a lo largo de 16 años a trabajar por el medioambiente colombiano, un tema dejado de lado e incluso olvidado por muchas personas en su época.

Con ello no solo le dio una segunda oportunidad al país en materia medioambiental y en el cuidado de la naturaleza, sino también dio esperanza, abrió caminos y creó leyes que aún se conservan vigentes.

¿De qué manera Alegría Fonseca se convierte en una lideresa para Colombia?

Después de su ejercicio político, Alegría Fonseca siguió su camino en ser activista medioambiental, por lo que, en 1985 creó la Fundación Alma, una entidad sin ánimo de lucro que trabaja “en la restauración de ecosistemas con participación de la comunidad en todo el país”, asegura en entrevista con Caracol Radio.

Por ejemplo, actualmente desarrollan un proyecto en el río Magdalena encaminado a “proteger la pesca artesanal como un sistema de conocimientos y técnicas tradicionales”, señala su portal oficial, aportando no solo reconocimiento a las comunidades que dedican sus esfuerzos a esta actividad, sino que les brinda educación para que su trabajo sea ambientalmente sostenible.

Asimismo, tanto la Fundación Alma como Alegría, siguen su lucha “por la defensa de la naturaleza y la vida”, eslogan que acompaña cada paso de su entidad.