Internacional

Países insulares y africanos abandonan negociaciones en la COP29

La disputa gira en torno a las cifras que los países desarrollados deben aportar para mitigar los efectos del cambio climático

Baku (Azerbaijan), 22/11/2024.- People leave the building after the end of the United Nations Climate Change Conference COP29 in Baku, Azerbaijan, 22 November 2024. The Azerbaijani capital of Baku hosts the 2024 United Nations Climate Change Conference (COP29) from 11 to 22 November 2024. (Azerbaiyán) EFE/EPA/IGOR KOVALENKO

Baku (Azerbaijan), 22/11/2024.- People leave the building after the end of the United Nations Climate Change Conference COP29 in Baku, Azerbaijan, 22 November 2024. The Azerbaijani capital of Baku hosts the 2024 United Nations Climate Change Conference (COP29) from 11 to 22 November 2024. (Azerbaiyán) EFE/EPA/IGOR KOVALENKO / IGOR KOVALENKO (EFE)

Varios representantes de países insulares y africanos expresaron su frustración al abandonar la sala de negociaciones de la COP29 en Bakú, tras conocer la última propuesta de la presidencia sobre la financiación climática. Los delegados de estas naciones señalaron que no se sentían escuchados ni consultados, pese a su participación en la cumbre con el objetivo de lograr un acuerdo justo para enfrentar los efectos del cambio climático.

Cedric Schuste, ministro de Samoa y líder del grupo negociador de los países insulares, explicó que “estamos aquí para negociar, pero nos marchamos porque en este momento no sentimos que se nos escuche”. Este sentimiento de exclusión se sumó a la crítica de otros países, como Panamá, que intentan mediar entre las partes.

Uno de los principales puntos de conflicto en la COP29 es la cifra que los países desarrollados deben aportar para financiar la transición climática y ayudar a los países más vulnerables. La propuesta de la presidencia de la cumbre sugiere que los países ricos paguen 250.000 millones de dólares anuales para 2035, pero los países en desarrollo exigen una cifra mayor: 500.000 millones de dólares anuales para 2030.

El enviado especial del clima de Panamá, Juan Carlos Monterrey, enfatizó que “la gran lucha es la cifra” y destacó la urgencia de llegar a un acuerdo antes de que finalice la cumbre. Los países en desarrollo insisten en que esta cantidad es esencial para abordar de manera efectiva los impactos del calentamiento global.

Críticas a la falta de transparencia

La negociación también ha estado marcada por críticas sobre la falta de transparencia en el proceso. La ministra colombiana, Susana Muhamad, señaló que “tenemos un problema” debido a la falta de un proceso inclusivo, citando las reuniones bilaterales que habrían favorecido a algunos países en detrimento de otros. Muhamad, sin embargo, llamó a los países ricos a “dar un paso adelante” para facilitar un avance en las negociaciones y evitar que la cumbre termine sin resultados concretos.

El papel de América Latina

A pesar de las tensiones, varios países de América Latina y el Caribe están desempeñando un papel clave en la mediación entre los países en desarrollo y los ricos. Panamá, por ejemplo, ha reiterado su rechazo a la idea de que la cumbre de Bakú termine sin acuerdo, recordando el fracaso de la cumbre de Copenhague de 2009.

Monterrey instó a las partes a “caminar sobre los puentes” que se han construido durante la negociación, sugiriendo que no hay tiempo que perder si se desea alcanzar un acuerdo significativo sobre la financiación climática.

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