Israelí muerto en Medellín trabajaría para una empresa de espionaje internacional
El periodista Daniel Coronell entregó detalles en su columna de este domingo en la Revista Cambio.
Medellín, Antioquia
Luego de la muerte del ciudadano israelí Yariv Bokor, de 49 años, quien fue hallado en su apartamento en el exclusivo sector de El Poblado, Medellín, durante esta semana, nuevas revelaciones del periodista Daniel Coronell, publicadas en su columna de la Revista Cambio, han generado interrogantes sobre un posible trasfondo del caso, vinculando a Bokor con actividades de espionaje y censura a nivel internacional.
El ingeniero de sistemas fue hallado muerto el martes, 10 de septiembre, después de que dejó de responder a llamadas y mensajes, según relatan conocidos. El cuerpo fue encontrado en el baño, rodeado de vidrios rotos y manchas de sangre, lo que inicialmente sugiere algún tipo de pelea o accidente, aunque las causas exactas de su muerte aún no están claras.
En su columna, Daniel Coronell revela que Yariv Bokor, quien había fundado una empresa en Medellín llamada Bokor Technology Consulting Services en 2013, cerró dicha compañía en el mismo año, y nunca llegó a tener operaciones comerciales. No obstante, Bokor residía en Colombia desde hace años y era propietario de varias propiedades en Medellín, en el mismo conjunto residencial donde fue hallado, además de poseer un lujoso patrimonio en Estados Unidos, incluyendo una residencia en West Palm Beach, Florida, y direcciones en exclusivas zonas de Nueva York y Los Ángeles. Según el periodista este estilo de vida no corresponde con los ingresos de un ingeniero de sistemas convencional, lo que incrementaría las sospechas sobre su participación en algunas actividades.
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Una revelación clave de Coronell en su artículo es que Bokor trabajaba desde 2016 para la compañía Sandvine, una empresa canadiense especializada en tecnología de inteligencia informática. Según Coronell, “esta firma ha estado involucrada en escándalos por censura, vigilancia y violaciones a los derechos humanos”. Sandvine ha sido acusada por el gobierno de Estados Unidos de proporcionar herramientas para monitorear opositores políticos, periodistas y activistas de derechos humanos en al menos 16 países, entre los que se incluyen Egipto, Rusia, Bielorrusia y Turquía, recontó el periodista.
Además, Coronell resalta en su columna que Sandvine ha sido vinculada con la polémica empresa israelí NSO, responsable del desarrollo del software espía Pegasus, que ha sido usado para espiar a políticos y activistas en varios países. Sandvine y NSO compartieron durante años un inversor común: Francisco Partners, una firma que ha sido señalada por facilitar estas operaciones de espionaje.
“¿Por qué una compañía con este tipo de actividades tendría un ingeniero especializado viviendo en Medellín?”, cuestiona Coronell, planteando dudas sobre las verdaderas actividades de Bokor en Colombia y su conexión con la controvertida empresa de inteligencia.