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Salud y bienestar

Entérese, estos 5 alimentos no son tan saludables como cree: ¿con qué reemplazarlos?

Tener una alimentación saludable y consciente es una de las mejores decisiones que se puede tomar en pro de su bienestar.

Mesa con platos de comida. (Foto: Getty Images) / Alexander Spatari

De acuerdo a un estudio realizado por la Fundación para la Investigación en Nutrición y Salud (FINUS), aproximadamente el 65% de los alimentos implementados en la dieta diaria de los colombianos, se compone de alimentos ultraprocesados; lo cual, se convierte en un grave problema para la salud pública, pues, además de aumentar el riesgo de enfermedades, también incrementa los costos para el sistema de salud.

Los alimentos procesados tienen la capacidad de producir enfermedades como la hipertensión arterial, la diabetes, obesidad e incluso asma; por esto, revisar la tabla nutricional de un alimento y los logos que anuncian si existe un exceso de azúcar, grasas insaturadas u otros aditivos, es indispensable al momento de tomar la decisión de consumir o no el producto. Incluso, algunos alimentos que son comúnmente conocidos por ser muy saludables, no lo son, ya sea por ser ultraprocesados, tener varios ingredientes o químicos añadidos.

Conozca cuáles son los alimentos que son considerados muy saludables, y no siempre lo son.

5 alimentos no tan saludables

Los productos que contienen dulces porque lo necesitan, como helados, galletas y yogures, hoy en día contienen edulcorantes masivos, aunque técnicamente nuevos, “cuyos efectos a largo plazo no se conocen, pero que las consecuencias que producen en la microbiota (bacterias benignas que habitan en el cuerpo) no son positivas”, afirma la nutricionista y docente de la Universidad de los Andes de Chile, Carolina Pye.

Granola:

Se podría creer que es uno de los alimentos más saludables, tal vez por al tener avena, frutos secos, semillas, entre otros, pero, en su mayoría, las alternativas de las granolas de los supermercados son ultraprocesados, con docenas de ingredientes, la mayoría químicos; asimismo, algunas pueden traer frutas deshidratadas o liofilizadas, que en ese proceso pierden parte de las vitaminas y nutrientes, concentrando a su vez, la fructosa, su azúcar natural.

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Si bien existen granolas verdaderamente saludables, estas suelen tener un costo bastante alto en el mercado. La puede sustituir por:

  • Arroz inflado.
  • Avena.
  • Hojuelas de quinoa.
  • Semillas de chía.

Miel:

“La miel es un azúcar más y el cuerpo lo procesa de la misma forma”, afirma Pye; esto quiere decir que la miel produce los mismos efectos en la glucemia, pues eleva con gran velocidad los niveles de azúcar en la sangre y se libera insulina. Tener un consumo constante de esta, provocaría que la glucosa se acumule en forma de grasa y, que rápidamente se vuelva a abrir el apetito, generando más ansiedad por comer. Pye, añade que “no porque tenga presencia de nutrientes la hace más saludable. Engorda igual que el azúcar”. Se puede cambiar por:

  • Sirope de agave.
  • Sirope de coco.
  • Miel vegana de manzana.

Purés o compotas de fruta:

Se dice estar elaboradas con un 100% de fruta, lo cual es cierto, el problema es que se da una mala idea del consumo de este producto, puesto que se da a entender que la ingesta de un sobre de compota es equivalente a comer una manzana. La nutricionista del Centro de Tratamiento de la Obesidad de la Red de Salud UC Christus, asegura que “a la fruta se le aplicó un proceso mecánico de trituración que ablanda la matriz de la fibra natural y deja la fructosa”, la cual queda expuesta a ser absorbida con más rapidez, que, en altas concentraciones es dañina para el hígado.

Masticar la comida trae beneficios a nivel cerebral, ya que hace que el cuerpo se sienta saciado y que el tiempo de saciedad sea prolongado; mientras que, si una máquina muele y procesa la fruta, haciendo el trabajo de los dientes y del estómago, la absorción de fructosa será más rápida, generando un “peak glicémico” más intenso.

Pan integral:

El reemplazo natural del pan blanco es el pan integral, aparentemente hecho con el grano entero de la harina, el cual aporta mucha más fibra y menos azúcares a la dieta. No obstante, muchos de estos panes no pueden llamarse integrales, de hecho, la mayoría de estos tienen solo una parte integral, el restante es harina blanca y aditivos. Martínez agrega que, “si miramos las etiquetas, tienen una serie de ingredientes desconocidos para un alimento que se debería hacer solo con harina, agua, levadura y sal”. Los panes de molde son 100% integrales suelen ser más caros, y generan más saciedad, por lo cual son consumidos con menos frecuencia, y suelen ser más duros y no tan esponjosos. Se puede sustituir por:

  • Avena.
  • Galletas de arroz.
  • Quínoa.
  • Harina de maíz.
  • Tortillas de trigo.

Yogures:

Los lácteos son un gran aporte de proteínas, calcios y vitaminas, pero no a todos les gusta tomar leche, mientras que otros no lo toleran bien en la digestión. Sin embargo, no todos los yogures son yogur, no tienen la fermentación de la leche producida por un cultivo de bacterias, sino que son solo bebidas lácteas azucaradas, saborizadas, coloreadas y espesadas.

La nutricionista de la Clínica Indisa alerta sobre los yogures veganos, afirmando que son ultraprocesados, diciendo que “el hecho de no tener leche no los hace automáticamente más sanos. Tienen mucha azúcar y algunos están hechos a base de coco, que contiene gran cantidad de grasas saturadas”.