Obispos de Colombia mostraron preocupación por violencia en el suroccidente del país
Hicieron un llamado a proteger las instituciones legalmente constituidas que son la base de la democracia
Cartagena
Los obispos católicos de Colombia se reunieron en la 117ª Asamblea Plenaria para elegir las nuevas directivas de la Conferencia Episcopal y para considerar y discernir la realidad nacional, con la esperanza de que todos ayuden a hacer del país un lugar donde predomine la unidad y la reconciliación.
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“Los colombianos no podemos acostumbrarnos a las variadas formas de violencia que siguen marcando nuestro presente y generan un sentimiento creciente de inseguridad en la población, como está sucediendo en el Suroccidente del país y en otras regiones, situación que miramos con gran preocupación. No podemos acostumbrarnos a que el poder de las armas, de la ilegalidad, de la corrupción egoísta y del narcotráfico siga cobrando la vida de muchos compatriotas, especialmente adolescentes y jóvenes, y destruya la rica biodiversidad de nuestras tierras y mares”, aseguraron.
Ante este panorama, los obispos argumentaron que “lo bueno, lo agradable y lo perfecto” consiste en reconocer la dignidad de cada persona y el cuidado que le es debido; en proteger las instituciones legalmente constituidas que son la base de la democracia; en hacer respetar nuestra casa común, tan rica de bienes materiales, ambientales, culturales y saberes ancestrales.
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“No podemos acostumbrarnos al debilitamiento de la institución familiar y de la obra educativa, lugares originarios donde se arraigan los valores y virtudes de una sociedad. Percibimos que nuestros niños y jóvenes están expuestos a muchos peligros y corren el riesgo de crecer sin orientación moral, tristes y sin esperanza. Aquí, lo bueno, lo agradable y lo perfecto es apoyar a las familias en su crecimiento espiritual, emocional y social, así como asegurar un modelo educativo capaz de promover los valores de la responsabilidad, el amor, la verdad, la solidaridad, la justicia y la equidad”, puntualizaron.
En este propósito de renovación, como Iglesia, los obispos mostraron su disposición escuchar a todos y dialogar con franqueza. Quieren fortalecer los vínculos con las realidades e instituciones de la sociedad que se esfuerzan por promover el desarrollo integral de la persona, especialmente de los que tienen menos y sufren mayor marginación.