Potenciar el desarrollo y la competitividad: el reto de la nueva Región Metropolitana
Según los expertos que participaron en el Desafío Región Metropolitana, de Prisa Media, esta figura mejoraría la asociatividad entre territorios para promover acciones que den respuesta a problemáticas compartidas.
La consolidación de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca es un tema de suma relevancia dentro del panorama sociopolítico en el centro del país. El proyecto pretende ser una apuesta para mejorar la asociatividad entre Bogotá y Cundinamarca, sobre todo en lo referente a problemáticas compartidas de movilidad, seguridad y manejo ambiental.
Se trata del primer modelo asociativo de esquema regional, con participación departamental, que existe en la historia republicana del país. Uno que, según sus defensores, permitiría darle un lugar más equitativo a la opinión municipal y mejorar la coordinación en la toma de decisiones entre Bogotá, Cundinamarca y la región.
Para conversar sobre los retos y oportunidades que conlleva esta figura, más de 30 expertos se reunieron este martes en Bogotá, en el foro ‘Claves para potenciar el desarrollo y la competitividad’, organizado por Prisa Media.
“Esta figura es una apuesta que nos va a permitir cambiar la historia de cómo nos relacionamos con los municipios. Generamos confianza y aprendemos colectivamente (...) Tenemos que sacarle todo el provecho para que podamos abordar deudas históricas que tenemos como región a causa de los problemas por falta de diálogo. El espíritu es que esta región salga adelante; generar confianza en todos los municipios y que se integren”, comentó al respecto Carlos Fernando Galán, alcalde de la capital colombiana.
De ahí que la confirmación de Soacha como el primer municipio en integrarse al proyecto resulte clave, teniendo en cuenta su gran cantidad de habitantes y la manera en la que estos se podrían beneficiar en términos de desarrollo social y económico.
Su integración, señaló el alcalde del municipio, Víctor Julián Sánchez, impulsará importantes obras viales como el cable aéreo, la fase IV de Transmilenio (Troncal de la Avenida Ciudad de Cali) y el puente Tibanica, para conectar la Avenida Ciudad de Cali con el municipio.
“Esto configura un antes y un después para estos territorios, porque lo que ahora tenemos es el resultado de un modelo de desarrollo pensado desde la individualidad”, explicó.
¿Cuáles son los retos?
Para algunos de los asistentes, aún es necesario solucionar dudas que pueden provocan desconfianza entre los representantes locales a la hora de decidir si sumarse o no a la apuesta de Región. Por ejemplo, la ausencia de una autoridad ambiental para la Región Metropolitana que ejerza la función de concertación de políticas en la materia. O la posición que tendrán los territorios en temas de autoridad y gobernanza local.
“La autonomía está en peligro cuando estamos solos, se fortalece cuando estamos acompañados”, comentó al respecto Alcídes Tobón, del proyecto Alianza Oriente Sostenible.
Y es que, cabe resaltar, el Gobierno nacional ha sido uno de los actores que más ha cuestionado esta propuesta, afirmando que permitiría que el territorio de los municipios fuese “utilizado como una bolsa inmobiliaria”. Para los presentes, esta percepción negativa es uno de los retos políticos que más rápido deben abordarse.
¿Cuáles son las oportunidades?
La naturaleza de las metrópolis en proceso de crecimiento es crear relaciones cada vez más estrechas con sus entornos, sobre todo si lo que se busca es concretar acciones para que el desarrollo territorial se haga de manera más homogénea y consensuada.
Ante ello, los panelistas destacaron que esta nueva figura permitiría concentrar de manera más eficaz las acciones para resolver temas de seguridad, hábitat, medio ambiente y movilidad.
“Nosotros en estas Áreas tenemos desafíos comunes, pero también potencialidades en cada territorio que nos permiten un desarrollo más armónico para ir construyendo las soluciones a problemáticas”, puntualizó Paula Palacio, directora del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Esta región, que tiene más del 30% del PIB nacional, requiere de una atención especial en términos de planificación y desarrollo urbano, que fomente la competitividad en los territorios aledaños. En palabras de Fernando Florez Espinosa, gerente del RAP-E: “Los problemas son los que nos unen pero las soluciones aún más”.