La muestra artística busca “empatía y cercanía” con las víctimas del conflicto armado en Colombia. Con identificadores de metales, programas informáticos y elementos audiovisuales, <b>Desminar pretende generar una experiencia sensorial que transmita simbólicamente los efectos históricos de este momento a la población.</b>Según la autora de la exposición, Tania Candiani, su intención al componerla fue “amplificar la memoria de las personas que han sido violentadas” no solo de Colombia, sino de otras zonas de violencia como en la Plaza de Tlatelolco, Cuidad de México, en la cual 300 estudiantes murieron en manos de policías.Los expositores deslizan un sensor de metales en el suelo y, por cada marca de presencia humana en el material del piso, el programa diseñado para la exposición crea sonidos que buscan recordar que hubo una víctima involucrada en ese material. También se proyectan los detalles de estas imágenes en la segunda sala del espacio de Fragmentos.<b>Explicó la curadora artística Gabriela Rangel que: “Hay una empatía a través del dolor y de un acercamiento afectivo, no de la explotación del horror</b>. Eso puede generar una comunidad, en lugar de crear un espacio de espectáculo”.El contramonumento Fragmentos fue hecho con las armas fundidas y entregadas por el ex grupo guerrillero de las FARC. La elaboración estuvo a cargo de la artista colombiana Doris Salcedo y mujeres violentadas sexualmente durante el conflicto armado.<b>Las exposiciones presentadas en este espacio son temporales y desarrollan perspectivas, discursos y narrativas sobre lo que fue la historia de Colombia hasta el 2016 en relación con la guerra en Colombia. </b>En este caso, la creadora Tania Candiani junto con la curadora Gabriela Rangel articulan una exposición alrededor del dolor a través de los sonidos.“Es un gesto y demuestra el dolor de estas víctimas en el marco del conflicto y a través de esta acción, es posible sentir o tener algún tipo de reparación”, afirma el organizador del espacio Fragmentos,Un celular unido al detector de metales toma en tiempo real imágenes del suelo y las transmite a computadores con inteligencia artificial. Los programas identifican huellas y marcas del paso humano en el suelo de Fragmentos y lo traducen a códigos convertidos en composiciones sonoras emitidas en tiempo real.Los sonidos y señales que emita la exposición dependen de las condiciones lumínicas y enfoque de las imágenes. Cada marca que identifica la obra es para Candiani: “las dolorosas historias que guarda cada placa, donde cada grieta surgida durante el proceso de forja se extiende como una herida que clama verdad, memoria, justicia y reparación”.