“Atender el ahorro de agua pero la Sabana también necesita que llueva”: Alfred Ballesteros

Bogotá

El director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Alfred Ballesteros, brindo detalles en 10AM Hoy Por Hoy, sobre las restricciones pero también como la ciudadanía puede aportar para afrontar el problema de disponibilidad hídrica en la Sabana de Bogotá, que derivó en el anunció de racionamiento zonal, por parte del alcalde Carlos Fernando Galán.

El director comenzó enfatizando que para entender el porqué del 70% del abastecimiento de la ciudad, se debe conocer que el recurso en su mayoría porcentual proviene del sistema Chingaza, cuyos embalses de Chuza y San Rafael, están en su nivel más bajo desde su inicio en la década de los 80, con un acumulado de 16.19%. Se proyecta que para 2025 los niveles sean aún más bajos, lo que requiere medidas restrictivas para garantizar el suministro de agua.

A partir de allí, también comprender que una cosa es la disponibilidad hídrica en las cuencas, y otra, en cómo los sistemas están diseñados para que se proporcione el suministro en los embalses, y de allí a la capital de la República y municipios aledaños. En la cuenca media del río Bogotá, hay tres complejos donde se regula el sistema y empresas de servicios públicos se abastecen para llevarle el agua potable a los ciudadanos.

El funcionamiento es cíclico, se recargan para aumentar sus niveles en época de invierno y van liberando poco a poco sus caudales en verano; de esa forma ayudan a regular las fuentes hídricas pero también se abastecen las Plantas de Tratamiento de Agua Potable (PTAP). A partir de este contexto, el director Ballesteros advirtió que desde el año 2023, hubo un promedio de un 12 y 13% de menos lluvias, a comparación de los últimos tres años, lo que impidió que los embalses se recargaran, sumado a dos efectos como los están siendo el Fenómeno del El Niño y la demanda de consumo de agua por parte de los ciudadanos.

Y si bien las autoridades comenzaron a alterar y por ende a pedir un ahorro de agua responsable, desde el mes de enero, en pleno comienzo de abril, era imperativo el llamado al racionamiento, aunque a la espera que llueva mucho más que los niveles históricos en la Sabana. El IDEAM asegura que no se ha superado el Fenómeno de El Niño, y que desde el mes de abril, comience un parte de tranquilidad a través de las aguas lluvias, que ayudan a recargar los embalses.

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El director Ballesteros, igualmente le pidió a la ciudadanía atender el llamado a racionar, pese a que se tiene la idea que ya ha comenzado a llover; explico que no e del todo cierto, porque donde está cayendo agua es en las ciudades más no en los embalses, por eso las imágenes de varios de ellos en plena sequía. Como por ejemplo el sistema Chingaza, que su nivel está bajo porcentualmente, sumado a que el complejo se abastece de la cuenca de la Orinoquía, por el río Guatiquía, y tampoco está lloviendo lo necesario allí.

La CAR también invitó a los municipios, al Distrito, a la Gobernación de Cundinamarca, para generar una articulación en la búsqueda de soluciones en mediano y largo plazo; porque una cosa es de la problemática de embalses en bajo nivel y otra es observar como los efectos del Fenómeno de El Niño, no sigan afectando en el 2025, ni tampoco dentro de diez años el Cambio Climático muestre su pero cara por la degradación de los ecosistemas que surten de liquido a los embalses.

Y si bien lo anterior tiene un contexto ambiental, el director Alfred Ballesteros, aseguró que las implicaciones demográficas también han demostrado desorganización, como por ejemplo no tener políticas de ordenamiento territorial que se ven representados por la cantidad de población en municipios de la Sabana y el Distrito Capital, que a su vez no se equilibra con la disponibilidad de recurso hídrico.

Por último, desde la CAR, Ballesteros brindó dos estrategias para enfrentar un problema de racionamiento mucho más grave el próximo 2025, primero comenzar a recuperar las condiciones ambientales de las cuencas y microcuencas abastecedoras, comenzar hacer inversiones con las comunidades que tienen gobernanza en los territorios para devolverle a los ecosistemas en su capacidad natural; y por otra parte diseñar proyectos de mediano y largo plazo, estudiando la posibilidad de fuentes alternas de abastecimiento de agua potable, como subterránea, construir nuevos embalses y tanques de reserva, en municipios que han proyectado tener sus propios sistemas de acueductos como Zipaquirá y Cajicá.