Migrantes viajan desde China a EE. UU. gracias a TikTok
La difícil coyuntura económica y la represión política han hecho que cada vez más chinos se arriesguen a cruzar buena parte de América para buscar una mejor calidad de vida en Estados Unidos.
Hace tanto frío que la piel se parte, las sandalias tienen el logo del FC Barcelona. “No”, dice Guo, a él no le interesa el fútbol, simplemente compró ese calzado camino a Colombia.
Este ciudadano chino siguió una ruta que es conocida por los latinoamericanos que desean llegar a Estados Unidos, pero a la que se han sumado más personas, personas que, como Guo, vienen de China.
Este joven de 24 años comenzó su viaje en Shenzhen, en el sureste de ese país. Desde allí voló a Ecuador.
“Todos vamos a Ecuador porque no pide visa a los chinos”, dice.
Luego, el camino sigue por tierra hacia México, a través del Tapón del Darién, una peligrosa región selvática entre Colombia y Panamá. El objetivo es Jacumba Hot Springs, 60 kilómetros al este de San Diego, en Estados Unidos.
“Es muy emocionante estar por fin en Estados Unidos”, dice Guo, sentado y abrazando sus rodillas, para tratar de capear el frío.
Con otras 50 personas cruzó en la noche la frontera desde México. Ahora, se forma una cola a la espera de que la agencia de protección fronteriza los recoja para poder solicitar asilo. Algunos visten chaquetas, otros se cubren con mantas.
La mayoría proviene de China, migrantes chinos, un grupo cada vez más grande, según datos de la Patrulla Fronteriza estadounidense, los inmigrantes chinos fueron el grupo de más rápido crecimiento en la frontera sur de Estados Unidos.
Desde octubre de 2023 son 29.000, una cifra que multiplica por 50 la de todo 2021. Sus posibilidades de recibir asilo no son bajas. Más del 50 por ciento de ellos recibe una respuesta positiva a sus solicitudes, una cifra lejos del 14 por ciento que promedian los demás países.
El repunte también podría estar relacionado con el hecho de que el Gobierno de China levantó en diciembre de 2022 las restricciones que aplicó a su población por la pandemia del coronavirus.
“Zouxian” es tendencia en redes “Toda la información la saqué de internet, de TikTok”, explica Guo.
En videos cortos es posible ver cuáles son las mejores rutas para viajar desde China a Estados Unidos, se dan instrucciones sobre el alojamiento o el transporte y se explica cuánto cuesta sobornar a los agentes de policía en los diferentes países.
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Incluso se adoptó una palabra, “zouxian”, que significa algo así como “asumir el riesgo”, para quienes emprenden la travesía.
Su difusión en las redes sociales está incitando a muchos jóvenes a aventurarse. “En China, la gente depende más de las redes sociales para obtener información.
En Occidente, uno buscaría lo que dice la prensa sobre el tema, pero en China no existe la posibilidad de comprobar los hechos”, dice Ian Johnson, investigador del Consejo de Relaciones Exteriores estadounidense.
Voluntarios en la frontera “En general, están mejor vestidos y tienen mejor situación, en los controles fronterizos, les piden que cuenten su dinero.
He visto cantidades enormes”, dice Sam Schultz, un residente de Jacumba que dirige lo que él llama “Campamento de Migrantes de Jacumba”.
No se trata de un recinto oficial, sino de una estructura improvisada: consta de cuatro baños portátiles y algunas tiendas de campaña. A Schultz acá le dicen “capitán”.
Cuando el número de migrantes aumentó en mayo pasado, él y su familia decidieron ayudar. Todas las mañanas conduce hasta la frontera con su esposa e hijo.
En la parte trasera de su camioneta, transporta manzanas y ropa gruesa para los recién llegados. Los chinos pierden la esperanza en un mejor futuro “China tiene muchos problemas”.
Los jóvenes no pueden pagar lo que vale una vivienda en la ciudad”, cuenta Guo, que desde hace mucho tiempo sabe que Estados Unidos es una democracia y una nación económicamente fuerte. La principal potencia mundial, de hecho, dice.
Según los expertos, la economía china va a la baja. La población se enfrenta a un alto desempleo juvenil y los observadores temen una deflación en 2025.
Esto ya no solo golpea a los más pobres, dice Johnson, sino “también a sectores más amplios de la población, incluida la clase media baja”.
A esto se suma la creciente persecución política ejercida por el Gobierno de Xi Jinping. La familia de Guo no sabe que está en Estados Unidos.
“No tengo buena relación con ellos, porque tengo una opinión distinta a la del Gobierno. No me gusta el totalitarismo”, sostiene. No se sabe cuánto tiempo estará Guo sentado ahí, abrazando sus rodillas, esperando.
Los vehículos de la patrulla fronteriza dan vueltas, vigilando. Mientras aguarda que se lo lleven, Guo confiesa sus anhelos: “Quiero encontrar un trabajo, tener una vida mejor y, en unos años, convertirme en camionero”.