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Diana Calderón sobre ‘El mundo según Brigitte’: “Para mí es la historia de la excelencia”

En el libro “El mundo según Brigitte”, la directora de Hora 20, muestra una serie de conversaciones en las que la periodista exploró varios rincones y facetas de la científica y divulgadora

Diana Calderón sobre ‘El mundo según Brigitte’: "Es la persona que representa coherencia entre pensamiento y comportamiento"

Diana Calderón sobre ‘El mundo según Brigitte’: "Es la persona que representa coherencia entre pensamiento y comportamiento"

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“El mundo según Brigitte” escrito por Diana Calderón Fernández, directora de Hora 20 y del Noticiero de Mediodía de Caracol Radio / Foto: Planeta y Caracol Radio

Diana Calderón en 6AM

Literatura

Sobre el lanzamiento de su nuevo libro, Diana Calderón, directora de Hora 20, habló en 6AM Hoy por Hoy y entregó su opinión sobre lo que representa trabajar con Brigitte Baptiste:

“Brigitte es una mujer trans, para mí es la persona que representa una coherencia entre el pensamiento y el comportamiento. Es la historia de la excelencia, de la educación pertinente que me hizo entender el mundo de la diversidad, mirando desde la empatía. Es una mujer muy práctica, y tratar de entender los conflicto y ver cómo se pueden resolver”, afirmó Calderón.

Por otra parte, comentó que ella la percibía como una persona dura al inicio, pero con el pasar de las horas encontró que es muy dulce y sincera. Específicamente la conmovió cuando habla directamente sobre la pérdida de su hermana y sus hijas, que han sido fundamentales durante este proceso.

“Ella definitivamente tiene un pensamiento propio, creo que ella no va a tratar no va a tener a tratar una comprensión basada en juicio, sino entender cómo funcionan los procesos y cómo resolverlos”, aseguró en este espacio.

Otros detalles del libro

Las definiciones que el diccionario de la RAE trae de la palabra “Evolucionar” como “Mudar de conducta, de propósito o de actitud” se ajustan perfectamente a Brigitte Baptista quien creció como Luis Guillermo y evolucionó a Brigitte, hoy considerada una de las intelectuales y científicas más prestigiosas del país y el continente.

Su determinación, pensamiento y valiosas propuestas son expuestas en el libro “El mundo según Brigitte” escrito por Diana Calderón Fernández, directora de Hora 20 y del Noticiero de Mediodía de Caracol Radio.

Brigitte y Diana tuvieron varias jornadas de conversaciones escuetas en las que la periodista exploró varios rincones y facetas de la científica y divulgadora: su familia, su vida, sus momentos de soledad, dificultades, sus decisiones y las comunidades en las que se mueve Brigitte Luis Guillermo Baptista, como figura en sus documentos de identidad.

El nombre de la científica y divulgadora colombiana, Brigitte Baptista, continuamente aparece en la lista de conferencistas e invitados especiales de grandes certámenes dentro y fuera del país en los que el tema de conversación es el medio ambiente, la sostenibilidad y el futuro que le espera a la humanidad.

“El mundo según Brigitte” se publica bajo el sello de la Editorial Planeta.

La directora de Hora 20 y del Noticiero de Mediodía de Caracol Radio, describe así su obra literaria:

Con El mundo según Brigitte pretendo provocar una conversación, que tarde o temprano tendrá que darse, por el bien de la sociedad. No le estoy pidiendo al lector que cambie de género. Le estoy pidiendo que deje fluir. Que sepa que las complejidades son todas, incluso y quizá aún en la diversidad, pero al menos son más honestas.

En la diversidad no he encontrado la mugre escondida debajo de las alfombras de los palacios presidenciales; en la diversidad se habla de frente, se vive de frente, aunque toque agarrarse las tripas una y otra vez, porque mirarse en el espejo cada día duele, como duele decidir que nuestras acciones tienen consecuencias. Vivir en libertad es de valientes.

Otra de las respuestas que obtuve, o quizá mi deseo, es que quisiera ver a los hijos de este país sentados en la mesa de Candelaria y Juana Pasión, las hijas de Brigitte y Adriana, compartiendo un té, una comida, unas palabras, para que nunca más se hagan bullying los unos a los otros.

Brigitte ha roto el estado de clandestinidad en el que viven muchos de la comunidad LGBTIQ, porque a través de su condición trans ha logrado visibilizar su pensamiento y construir una visión del mundo que llamaremos la ecología queer. Afirma Diana Calderón.

Segmentos valiosos del libros que ya esta en las lbrerías:

“La historia que les voy a narrar es la de una persona que busca interpretar la condición ambiental a partir de su propia transición de género. Es una historia que la trasciende a ella misma en su intimidad para convertirla en referente de las discusiones actuales a nivel global: sostenibilidad, educación, regímenes de izquierda y de derecha, la creciente voz que se alza en todas las sociedades en un grito, a veces ensordecedor, y que nos dice que es hora de una verdadera transformación.

Es la historia de quien ha estado en las profundidades de la soledad en sus primeros años y del dolor de la pérdida, ya siendo adulta, primero de su hermana Carolina y luego de su madre. Es la historia de alguien que parecería mirar otro cielo. No hay en su ánimo asomos de tristeza, como si las vidas vividas hubieran quedado atrás, o las cicatrices estuvieran ocultas en los colores de los innumerables tatuajes que forran su piel.”

Página 15

“¿Soñaste alguna vez con lo que hoy eres y representas para el mundo académico? Realmente no, ni siquiera hablando de sueños conscientes, en el sentido de construirme un propósito, una meta. Me costaba vislumbrar mi futuro o incluso desearlo, porque no creía que Brigitte fuese a tener ninguna oportunidad; de alguna manera me acostumbré a disfrutar el presente para no pensar lo imposible.”

Página 20

“¿No había indicios para tus padres desde tu infancia de que querías ser una mujer? No, para nada. Pero aprovecho y aclaro: ya era una mujer y siempre lo he sido, pero no se me permitía manifestarlo ni experimentarlo. Ahora, ¿qué clase de mujer? Eso es otra cosa, pero en la infancia no sabemos mayor cosa de “querer ser”.”

Página 32

“¿No tuviste un primer amor de chiquita?

No. Tenía en la mente el sentido, el mandato, de que las mujeres deberían gustarme en ese momento. Tener novia como los demás era un componente fundamental de la identidad. Tampoco pensaba que era gay, y no me gustaban los hombres, tal vez porque ya los identificaba con el matoneo. Después una entiende que enamorarse no depende del género ni del sexo ni de nada, solo del amor.”

Página 37

“Cuando haces la transición a Brigitte, ¿Luis Guillermo muere? ¿Desaparece? Tú eres Brigitte Luis Guillermo Baptista en la cédula.

No, para nada. De hecho, ni siquiera somos dos identidades. Soy la misma persona que durante una gran porción de su vida tuvo unas restricciones en términos de expresión y de posibilidades de actuar en la sociedad bajo sus propias pulsiones y sus creencias. Pero tan pronto comencé a tener esa posibilidad, pues simplemente — y sonará muy cursi — floreció. Entonces, Brigitte, digamos, es solamente un acto, como un ritual de paso; nombrar a Brigitte es darme posibilidades, a los 35, de sanar una herida. A partir de ahí, lo que ha venido pasando es simplemente lo que todas las personas deberían experimentar desde el día de su concepción: crecer libres y autoconstruirse sin restricciones sociales, sin el arnés de las convenciones de los demás.”

Las siguientes son algunas de las preguntas que hace Diana Calderón para permitirnos conocer a una Brigitte Baptiste como nunca antes se había visto.

Página 49

“Me pregunto a quién le rezan quienes no creen. ¿Qué les sostiene en pie cuando el mundo se derrumba sin avisarnos? ¿De qué están hechos? ¿Cómo superar un duelo sin la ayuda de una oración que calme el dolor? Pienso entonces en la terapia, en la filosofía que nos explica tantas maneras de concebir la existencia. Brigitte rechaza la religión en la que yo me refugio como gratitud, como bastón, como seguridad ante la incertidumbre.”

Página 58

“No creo en el espíritu, no creo en el alma. No creo que exista nada. Creo que la muerte es el fin. Y coincide con el fin del universo. Porque el universo también va a acabarse. El hecho de que acabe en 30.000 millones de años o en 50.000 millones de años no hace ninguna diferencia, mucho menos para nosotros.”

Página 58

“Si no hay un Dios en tu vida, ¿con qué te consuelas? ¿En qué encuentras consuelo?

En la experiencia cotidiana, en el placer. Soy muy epicúrea en ese sentido, en el disfrute consciente de mis relaciones, de mi cuerpo, de la comida, del pensamiento.”

Página 60

“Pues eres una mujer trans y envejecer es uno de nuestros grandes temas hoy; el envejecimiento, cuando se es trans, ¿debería concebirse de una manera distinta o no?

En mi caso sí porque tiene que ver con el aprendizaje de estos años siendo Brigitte, una Brigitte que empezó a experimentar su vida pública y a expresarse en todos los espacios hace muy poco; una Brigitte que tiene apenas 25 años. Aún díscola. [...]

De repente la feminidad acelerada que tuve que vivir me llevó, por ejemplo, a que hoy en día yo piense que Brigitte tiene 25, pero ya tengo 60: cuatro quinceañeros. Brigitte todavía tiene posibilidad de ser descocada, coqueta, de pensar su cuerpo de otra manera porque mi experiencia es distinta.”

Página 69

El libro incluye imágenes que nos muestran el lado más personal de Brigitte, en el campo tanto académico como familiar, antes y después de su transición.

“Cuando se asiste al amor de Adriana y Brigitte surge la idea de la literatura, de los amores irrompibles porque se construyen sobre la diferencia y la aceptación. Pero ¿y acaso los nuestros no? Me lo he preguntado durante el proceso de escribir este libro. Mi respuesta es que los nuestros también, las nuestras también son historias que exigen reinventarnos una y otra vez.”

Página 73

“¿Te tocó abordar con las niñas la conversación de la identidad? ¿Dejaron que esto fluyera y que ellas fueran absorbiendo como por los poros el hogar en el que nacieron?

Eso fue absolutamente espontáneo. Fue lo que les tocó y no se han quejado. Bueno, no mucho. A veces nos amenazaban con llamar al ICBF a que las rescatara si no cedíamos en algún capricho. Todo lo saben.

Pero imagino que ya más grandes sí preguntan.

No, no. Les preguntan a ellas y responden “pues es que son mis papás, son mi mamá y mi papá, la papá y mi mamá”.”

Página 89

“Somos (los humanos) una plaga...

Nosotros somos, cómo decirlo, una especie de plaga planetaria consciente y, por tanto, abocada al autocontrol, o una especie absolutamente epidémica en el sentido de que colonizamos todo el planeta en menos de 15.000 años y consumimos la mayor parte de todo. Y somos capaces de hacer cualquier cosa con tal de sobrevivir. Podemos planear nuestras estrategias adaptativas, algo que nos diferencia de cualquier otra especie, que no actúa sobre proyecciones de su comportamiento en el tiempo. El mandato animal es poblar el mundo, el ecosistema resuelve las contradicciones. Los humanos podemos anticiparnos a ellas.”

Página 133

“No se me olvida la conversación en la que me decías que la universidad y la escuela siguen siendo un escenario de creación de oligarquías.

De creación de aristocracias.

Aristocracias... ¿Qué es lo que fracasa y hacia dónde tiene que darse ese cambio?

La educación no puede ser interpretada como un proceso de adoctrinamiento, por más suave o duro que sea. En Colombia no se educa para la democracia, no se educa en democracia, no se educa en participación, respeto, creatividad. En Colombia, dentro de la educación hay adoctrinamiento religioso, adoctrinamiento ideológico en todas partes. Todo el mundo usa a los niños y a los jóvenes como el espacio para implantar discursos y narrativas personales o ideológicas, con la certeza de que se está haciendo el bien; es decir, no hay una educación realmente liberadora como se planteó en el régimen napoleónico, como se planteó después de la declaración de los derechos del hombre.”

Página 153 - 154

“¿No es acabar, sino darles un uso eficiente (a los combustibles fósiles)?

El uso más eficiente posible en estos años que vienen, para no causar un colapso cultural. Recordemos que nuestra civilización depende totalmente de los combustibles fósiles, y así esté amenazada por su uso debe tratar de plantear un cambio equilibrado, el que cause el menor daño posible. Una parte del problema es juzgar adecuadamente la distribución de ese daño causado y por eso se creó el fondo global de compensaciones climáticas, por ahora concentrado en intervenir en las islas que están quedando inhabitables, pero que seguramente se extenderá a muchos otros ámbitos

¿Por cuánto tiempo más?

Veinte años, al 2050, más o menos.

¿Entonces no es realista pensar que uno puede suspender la exploración y la explotación? No, no, no, colapsa al planeta, colapsa de manera mucho más dramática que por los efectos de la crisis climática. Colapsa la humanidad. Suprimir el petróleo por decreto, por norma o por lo que fuese hoy en día, nos sumerge en un conflicto de supervivencia inimaginable. No habría comida, no habría capacidad de reemplazo de la petroquímica que está detrás de todo, no alcanzamos a garantizar la movilidad a tiempo. El cambio debe hacerse en el momento preciso.

Página 159

“Es muy distinto habitar las planicies sin selva y es muy distinta la Sierra Nevada de Santa Marta de los koguis, el cardonal de los wayuus, las ciénagas de los zenúes.

¿Es decir que el ecosistema también nos define?

Cada ecosistema provee un reto de interpretación muy particular, un reto adaptativo que se introyecta en la cultura.”

Página 190

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