Óscar Acevedo: la virtud de hacer sonar a Colombia
Durante más de cuarenta años, el pianista colombiano Óscar Acevedo le ha sacado a Colombia su mejor sonido. Lo ha hecho desde un género musical poco común en el país y del que es pionero: el jazz.
La virtud de Mompox es el río Magdalena. La del maestro Óscar Acevedo, su genialidad con la música. El pianista santandereano ha trabajado en la creación y divulgación del jazz en Colombia durante más de cuatro décadas.
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Su larga trayectoria como compositor, músico y docente universitario lo convierten en una autoridad al momento de hablar sobre la presencia y desarrollo de este género musical en el país.
Desde el Festival de Jazz en Mompox, el maestro Óscar Acevedo habló con 10AM Hoy por Hoy sobre su vida y el camino del jazz en el contexto local.
El maestro Acevedo conoce la historia de la música en Colombia, igual que el orden de las teclas de su piano.
Al hablar, combina relatos de su origen santandereano con anécdotas sobre instrumentos y géneros musicales en el país, que parecen salidas de los cuentos de García Márquez.
“En todos los puertos del mundo hay una vida cultural muy rica, porque hay mucha circulación”, dijo. Y añadió a su argumento una narración que lleva en la memoria.
“A comienzos del siglo XX, las vitrolas llegaron por el río Magdalena. En el caso de mi abuela, la señora Isidora, llegó hasta Barrancabermeja y allí subieron una vitrola del tamaño de una nevera, a lomo de mula porque no había carretera”.
Estudió en el Berklee College of Music, de Boston. Luego regresó a Colombia y empacó en su maleta la idea de promover el jazz, un género musical que le cautivó durante su estadía en Estados Unidos.
Pero reconoce que en el país no ha sido fácil. Sobre todo porque la difusión de los eventos comerciales parece diseñada para grandes grupos de personas y lo ideal del jazz sería escucharlo en silencio, en un espacio tranquilo o, por qué no, en la sala de la casa.
“Las audiencias son diferentes en cada país. Colombia es un poco dispersa para oír jazz”. Ríe y continúa: “… para todo”.
Sin embargo, reconoció que “en los últimos treinta años se está ganando atención del público y respeto hacia lo que hacen los músicos en escena”.
“Encontré mucha gente que no tenía ni idea de qué era eso. Pero también había gente que tenía información y entendían lo que uno estaba diciendo y haciendo. Es con esos con los que uno va construyendo una carrera”, expresó sobre su incursión con el jazz en Colombia.
La generación del maestro Acevedo era la segunda que fomentaba el jazz en Colombia. Entre los años sesenta y setenta una primera ola de músicos trataron de reinterpretar la música que encontraban en los discos importados y vendidos en Bogotá.
Pero en su retorno de Estados Unidos, el músico traía consigo los aprendizajes del tiempo durante el cual se formó académicamente. Ese valor agregado le permitió consolidar el jazz en Colombia como un proceso de largo aliento.
De colores y raíces
Al preguntar al maestro Acevedo por el nicho racial en el que se desarrolló el jazz, niega de manera contundente su origen exclusivo en la población afro.
“En las bandas de fusión de los años sesenta y setenta, cuando incorporaron los sintetizadores, guitarras y bajos eléctricos, hubo cupo para los blancos. La raza blanca entró en masa al jazz”.
Si en contextos como el norteamericano se dio una fusión racial y cultural en los espacios de creación e interpretación del jazz, en el que afros y migrantes europeos confluían en torno a la música, en Colombia el género no fue ajeno a la influencia de las raíces.
“En Colombia hay unas raíces musicales muy sólidas”, aseguró. Pero a esos orígenes relacionados con la identidad musical del país, se suma la forma en la que cada músico renueva la música y la lleva, en sus palabras, “a un siguiente nivel”.
Sobre la acogida que ha tenido el jazz, el pianista, quien además es profesor asociado de la Universidad de los Andes, comentó que “desde finales de los noventa el jazz ha tenido un espacio importante en Colombia”. Tanto en formación de músicos como de públicos.
En el año 2017 el maestro Acevedo publicó su disco “A toda costa”, en el que toma el jazz como mecanismo de exploración y creación en el contexto de sus actividades como docentes.
En esta producción discográfica estuvo acompañado de los maestros William Pérez, Juan Camilo Anzola y Kike Harker, en la guitarra, la batería y el contrabajo, respectivamente.
El músico terminó su conversación con una percepción de esperanza sobre el estado actual y el futuro de la música.
“Las entidades gubernamentales están realizando eventos como el Festival de Jazz de Mompox, donde le abren el espacio a una suerte de propuestas comerciales y artísticas. Es un poco lo que está pasando en algunos festivales del mundo”, concluyó.