Círculos de hadas: inteligencia artificial revela detalles sobre la vegetación del desierto
La información ofrecida por la inteligencia artificial sirve de gran aporte al desarrollo de investigaciones sobre la biología e, incluso, alternativas de cultivo ante el calentamiento global.
Al parecer, la vegetación del desierto se organizó para el cambio climático y el calentamiento global, mucho antes de que el ser humano pensara en cómo podría hacerlo. Así permiten analizarlo los últimos hallazgos de la inteligencia artificial.
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Un equipo de científicos de distintos países dio a conocer información reveladora sobre el misterioso origen de los “círculos de hadas”, anillos de vegetación descubiertos en zonas normalmente áridas o desérticas de todo el planeta.
Las hipótesis científicas sobre el origen de estos “círculos”, vistos por primera vez en Namibia (África), en 1971, son múltiples.
Los círculos de hadas también son conocidos como “corros de brujas” o “huella de los dioses”. Han estado tradicionalmente ligados a la mitología o a leyendas en diferentes regiones del mundo.
Sin embargo, su origen podría estar en un comportamiento de la biología o en una especie de termitas de arena.
La revista PNAS publicó las conclusiones de un trabajo de investigación liderado por Emilio Guirado, científico de la Universidad de Alicante (España).
En su investigación identificó 263 círculos en quince países de tres continentes, lo que constituye un auténtico “atlas” mundial de estas formaciones vegetales.
El estudio hizo una cartografía de la distribución mundial y las condiciones ecológicas de los “círculos de hadas” en las zonas áridas.
Los sitios en los que se hallaron tienen unos patrones de suelo completamente desnudo, pero rodeado de manchas circulares de vegetación.
Solo se tenía registro de estas formaciones en Namibia y Australia. Con el hallazgo se definió que en América no se da este fenómeno.
La inteligencia artificial en la investigación
Para su estudio, los investigadores utilizaron imágenes de teledetección y un modelo basado en redes neuronales para identificar posibles emplazamientos de estos círculos en todo el planeta.
Emplearon la inteligencia artificial entrenándola para analizar imágenes tomadas por satélites desde las alturas.
Durante un mes, la herramienta estuvo analizando la información y comparando patrones entre los círculos de hadas hallados previamente en Namibia y Australia.
El banco de imágenes construido por la inteligencia artificial fue estudiado a detalle por parte de los científicos, quienes definieron si realmente lo captado por la herramienta correspondía a círculos de hadas, o no.
El análisis detallado de esas misteriosas formaciones sugirió a los científicos puntos en común en las condiciones de los todos los círculos.
Entre estas señalaron los entornos áridos, altas temperaturas, precipitaciones estacionales, bajos niveles de nutrientes en el suelo y un alto contenido de arena.
Las zonas con círculos de hadas muestran también una productividad de la vegetación más estable que las zonas circundantes sin esas formaciones. Este dato sería revelador para pensar en alternativas de cultivo ante el panorama del calentamiento global.
Además, se halló que los nidos de termitas en algunas regiones, como en Namibia, tienen mayor importancia relativa en la distribución de esos círculos que en otras regiones, como Australia.
Los hallazgos, según los investigadores, podrían ayudar a resolver los actuales debates sobre los mecanismos de formación de estos círculos.
También amplían el estudio de los círculos de hadas aislados a un “atlas ecológico mundial” que permite analizar el impacto de esas formaciones en la estabilidad y la resistencia de los ecosistemas.
Origen de los círculos de hadas, según la IA
El investigador de la Universidad de Alicante Emilio Guirado detalló que existen varias hipótesis para explicar la formación de los círculos de hadas, desde las termitas hasta la autoorganización de la vegetación.
El estudio permitió a los investigadores identificar nuevos sitios donde se pueden encontrar los círculos de hadas y analizar la importancia de otros “impulsores” de esas formaciones.
Entre esos factores anexos han apuntado, por ejemplo, la precipitación, el contenido en nitrógeno del suelo, el porcentaje de arena o la presencia de termitas. Todos elementos que también podrían influir en la distribución de los círculos a escala global.
“Hemos mostrado que un clima con escasas precipitaciones, bajo contenido en nitrógeno en el suelo, o un alto porcentaje de arena, entre otros, son los impulsores más importantes para explicar que los círculos de hadas se encuentren donde están”, explicó Guirado.
Sustentó también que, aunque a escala global las termitas no tuvieron mucha importancia, a escala regional sí. De manera especial en zonas de Namibia, más que en Australia o el Sahel.
Según el científico, el tamaño y la “redondez” están directamente relacionados con el índice de aridez. Mientras tanto, la forma y las dimensiones de estos círculos están condicionados por las precipitaciones y la evaporación del agua desde el suelo y desde la superficie cubierta por las plantas.
Antes de la investigación apoyada en inteligencia artificial ya se habían descrito este tipo de círculos en dos regiones del mundo.
Pero los hallazgos recientes demuestran que se pueden encontrar también zonas del Sahel, Sáhara Occidental, Cuerno de África, Madagascar, suroeste de Asia o centro y suroeste de Australia. Pero no es posible evidenciarlas, por el momento, en el continente americano.