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Cómo evitar la muerte más absurda: conozca la maniobra de Heimlich

La técnica de Heimlich es un procedimiento sencillo para realizar ante un atragantamiento. Descubra cómo hacerla paso a paso aquí.

Imagen de referencia vía Getty Images.

Imagen de referencia vía Getty Images. / Catherine Falls Commercial

Una de las muertes más absurdas es la asfixia inducida por atragantamiento. Son recurrentes los casos en los que las personas mueren porque se les quedó atascada la comida en la vía respiratoria, ya que la mayoría de personas que presencian estos hechos no saben cómo reaccionar.

Los signos más comunes de un atragantamiento son:

  • Una o ambas manos apretadas a la garganta.
  • Expresión de pánico, conmoción o confusión.
  • Incapacidad de hablar.
  • Respiración forzada o ruidosa.
  • Tos, que puede ser débil o fuerte.
  • Piel, labios y uñas que cambian de color y se ponen azules o grises.
  • Pérdida del conocimiento.

En casos de atragantamiento hay un procedimiento de emergencia que adopta el nombre del médico que lo describió. Se trata de la maniobra de Heimlich, y puede hacerla cualquier testigo presencial. Es importante mencionar que la ayuda especializada puede tardar y cuando se presenta una asfixia toca actuar de manera inmediata, ya que el oxígeno no llega al cerebro y se produce un daño cerebral irreversible.

La maniobra de Heimlich

Para hacer la técnica de Heimlich, hay que situarse por detrás del sujeto atragantado y rodearlo con los brazos hasta juntar ambas manos a la altura del epigastrio, que es la conocida coloquialmente como “boca del estómago”. Luego, realice compresiones fuertes y acompasadas para provocar un aumento de la presión dentro del tórax, y favorecer de este modo que el alimento impactado en la laringe sea expulsado.

En los casos donde la persona se encuentre solo, los expertos indican que hay que dejarse caer encima del borde superior de una silla buscando un impacto en la boca del estómago. Requiere destreza y valor, pero será necesario.

Esta maniobra debe hacerse solo en el caso de estar seguros de que el paciente sufre un atragantamiento.

No introducir los dedos en la boca

Rafael Hernández Estefanía, doctor en Medicina y Cirugía (Universidad de Cantabria), Cirujano Cardiovascular y Torácico en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, señala que en ningún caso se deben introducir los dedos en la boca de la persona que está atragantada, debido a que se podría empujar más adentro lo que está produciendo oclusión (ya sea alimento u objeto), y empeoraría la situación.

Hernández agrega que “en bocas ajenas no se mete nada, que el sujeto (consciente o no) no haya autorizado”. Es importante resaltar que la lengua es un músculo que está fijo al suelo de la boca y nadie se lo puede tragar. Aunque pueda obstruir parcialmente la vía respiratoria alta, en ningún caso la maniobra a realizar es la introducción de los dedos.

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