Internacional

OMS estima que alrededor de 4 millones de hectáreas en en el mundo se dedican al tabaco

En el marco del Día Mundial Sin Tabaco 2023 la OMS busca hacer un llamado a los gobiernos para que terminen con los subsidios relacionados a este cultivo y así utilizar los ahorros para ayudar a los agricultores a cambiar a cultivos más sostenibles que mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.

A farmer works at a tobacco plantation in San Juan y Martinez, Pinar del Rio Province, Cuba, on February 24, 2018. Cuba will hold the 20th edition of the Habanos Festival from February 26 to March 2. (Photo by Yamil LAGE / AFP) (Photo by YAMIL LAGE/AFP via Getty Images)

A farmer works at a tobacco plantation in San Juan y Martinez, Pinar del Rio Province, Cuba, on February 24, 2018. Cuba will hold the 20th edition of the Habanos Festival from February 26 to March 2. (Photo by Yamil LAGE / AFP) (Photo by YAMIL LAGE/AFP via Getty Images) / YAMIL LAGE

Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estiman que alrededor de 4 millones de hectáreas en en todo el mundo se dedican al tabaco, un cultivo que envenena a los agricultores, sus familias y consumidores por igual.

Y es que la campaña tiene como objetivo ayudar a por lo menos 10,000 agricultores a alejarse de la producción de tabaco y adoptar alternativas ambientalmente positivas.

Dichos propósitos están sujetos al artículo 17 del Convenio Marco para el Control del Tabaco, el primer tratado auspiciado por la OMS, basado en pruebas que reafirma el derecho de todas las personas al máximo nivel de salud posible.

La OMS indica que, el tabaco a menudo se denomina cultivo comercial, pero el dinero que genera no llega a los agricultores.

Los fabricantes de tabaco proporcionan semillas y otros materiales a los agricultores y luego deducen esos costos de sus pagos finales, explotando injustamente la posición de negociación más débil de los agricultores.

El Día Mundial Sin Tabaco 2023 también apoyará los esfuerzos para combatir la desertificación y la degradación ambiental al trabajar para reducir el cultivo de tabaco, y expondrá la actividad de la industria tabacalera que obstruye los medios de vida sostenible.

“El negocio de la industria tabacalera no es el cigarrillo, es la nicotina”, advirtió la doctora Adriana Blanco Marquizo, jefa la Secretaría del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (FCTC por sus siglas en inglés).

“La tabacalera no se preocupa por la salud pública, se preocupa, como la mayoría de las industrias, por sus ganancias económicas”.

El problema más grave es que la industria tabacalera es dueña de muchas marcas de estos cigarrillos electrónicos y quiere convencer de que estos productos son mucho menos dañinos que el cigarrillo, lo cual aún es difícil de probar.

Hay que mencionar que, el tabaco a menudo se denomina cultivo comercial, pero el dinero que genera no llega a los agricultores. Los fabricantes de tabaco proporcionan semillas y otros materiales a los agricultores y luego deducen esos costos de sus pagos finales, explotando injustamente la posición de negociación más débil de los agricultores.

Aquellos que trabajan en pequeñas granjas familiares en países de bajos y medianos ingresos, en los que se encuentran grandes extensiones de tierra de cultivo de tabaco, son generalmente pobres. Esa pobreza se ve exacerbada por la misma cosecha que cultivan, generando cargas adicionales, incluidas enfermedades relacionadas con el tabaco.

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