Que Semana Santa no sea un calvario para nuestra fauna y flora

Comienza Semana Santa y con ello se encienden las alertas para proteger especies como las tortugas hicoteas, las iguanas y los venados, entre otras especies, que son perseguidos, comercializados y consumidos por esta época. También la amenaza está para la palma de cera y el loro orejiamarillo, ambos en riesgo de desaparecer.

El director ejecutivo de ASOCARS, Ramón Leal, en diálogo con Planeta Caracol dijo que el llamado de las 33 CAR del país es a respetar la vida de estas especies y en su lugar utilizar material vegetal que donan las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible del país, o también usar flores y pañuelos blancos.

“No podemos permitir que se agudice la condición de riesgo del loro orejiamarillo que se encuentra en estado crítico de extinción debido a la destrucción de su hábitat: la palma de cera, árbol nacional de Colombia que es mal utilizado en la procesión del Domingo de Ramos y está en riesgo de desaparecer.

Ramón Leal dijo que el llamado durante Semana Santa se extiende a que no se consuma la carne de venado, tortugas hicoteas, lapa, chigüiro, babilla y armadillos, así como los huevos de iguana, que son altamente apetecidos culturalmente en algunas zonas del país, como parte de las tradiciones asociadas a esta celebración religiosa.

Por ejemplo, en la CVS, en el departamento de Córdoba, el 90% de los animales recibidos en sus centros de atención y valoración de fauna, son reptiles. Sumado a ello, Corpamag reportó cerca de 13.500 huevos de iguana decomisados el año pasado, en esta época.

Esta celebración religiosa coincide con la época reproductiva de la tortuga hicotea, período de mayor vulnerabilidad, y de mayor importancia en su ciclo de vida: las hembras anidantes. En una temporada muy corta, miles de hembras reproductivas, junto con sus crías, son retiradas de la población, interrumpiendo su ciclo natural y dejándolas en grave riesgo de extinción.

También es importante recordar que debido al sufrimiento al que son sometidas las iguanas, al extraerles sus huevos, esta actividad está considerada bajo el ilícito del maltrato animal, y su consumo es riesgoso para la salud humana, debido a su alto contenido de colesterol y mal manejo sanitario.

“Además de la educación ambiental y la conciencia ciudadana es prioritario frenar estas malas prácticas que atentan contra la supervivencia de las especies, incluida la humana, cambiando costumbres arraigadas en nuestra cultura tradicional y reconciliándonos con la naturaleza”, dijo Ramón Leal Leal.