Un año después, ¿Dónde están los refugiados ucranianos que llegaron a Europa?

España

Ala, Dasha y Nikkaa son tres mujeres ucranianas que forman parte de ese grupo de 8 millones de refugiados ucranianos que se encuentra en Europa como consecuencia de la guerra. Las tres vinieron a España sin su familia, como ha ocurrido en la mayoría de los casos, ya que tuvieron que viajar las mujeres solas porque los hombres se quedaban en el ejército.

Un año después, Caracol Radio conversó con ellas en las ciudades de Barcelona y Madrid. Contaron que su prioridad es aprender el español para poder conseguir un trabajo, aunque no ha sido fácil por la brecha que existe entre un idioma y el otro. El ucraniano es una lengua eslava mientras que el español es de raíz latina.

Dasha y Nikka son cantantes; una estudia en una escuela de música en Barcelona y la otra, Nikka, intenta abrirse camino en los bares de Madrid. Antes de que iniciara la guerra, Nikka había participado en el concurso La Voz en Ucrania y ahora ha podido participar también en la versión española del programa de concursos. Dice que la vida le ha cambiado drásticamente en un año, pero que intenta enfocarse en las oportunidades que ha tenido en España para avanzar con su carrera.

Algunas reciben ayuda económica de sus familias y otras del Estado español que les entrega tickets de alimentación para cubrir lo básico. También en coordinación con la Cruz Roja hay ayudas que llegan a los 400 euros mensuales. Sin embargo, señalan que es una ayuda insuficiente cuando no se tiene un trabajo con ingreso regular.

En cuanto al alojamiento, muchas han tenido que cambiar de casa más de 3 veces en menos de un año. Las asociaciones de ucranianos las ayudan ubicándolas con alguna familia y otras han tenido que recurrir a amigos o conocidos, pero la incertidumbre siempre está presente porque no ven la posibilidad de regresar a su país en el corto plazo.

En medio de los desafíos, sobre todo emocionales, se esfuerzan por construir una nueva vida. Dasha cuenta que los primeros meses sufrió de depresión y que pudo superarlo valiéndose de herramientas como el ejercicio físico. Igualmente hay en Barcelona grupos de entrenamiento al aire libre que permiten la participación gratuita de los ciudadanos ucranianos.