Albert Einstein: ¿qué opinaba el científico sobre la vida extraterrestre?
En la década de los 50, cuando se comenzó a poner de moda el tema de los ovnis, el reconocido genio científico le escribió una carta a un amigo expresándole su opinión frente al tema.
Albert Einstein fue uno de los genios científicos más reconocidos del mundo gracias a su teoría de la relatividad. Sin embargo, siempre tuvo interés en resolver los misterios del universo y todo lo que abarca el cosmos con base en la física cuántica, lo interesante de todo esto es que nunca se interesó por averiguar si existía vida más allá de la Tierra, sus prioridades eran los mecanismos que regían al mundo en esa época, la gravedad y la relación de esta con el espacio-tiempo, pero no por vida extraterrestre.
Fue a partir del año de 1950, época en que la ufología (investigación de objetos voladores no identificados) se comenzó a popularizar más, cuando uno de los amigos más cercanos de Einstein le pidió, mediante una carta, su opinión sobre los ovnis y los alienígenas. A continuación le contamos la respuesta del físico alemán.
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¿Qué opinaba Albert Einstein sobre los extraterrestres?
Fue en la década de los 50 cuando el reverendo Lois Gardner le preguntó al reconocido científico sobre los aliens, más específicamente: “¿Crees que los platillos vienen del espacio, de Marte o de Venus? O ¿Crees que los ovnis son algún tipo de experimento de tecnología militar creados por la Fuerza Aérea o bien los amigos de Estados Unidos?”.
Una de las características por las cuales era conocido Albert Einstein era la curiosidad, teniendo en cuenta que en ese momento era el científico más célebre del mundo, por su investigación e invención de la teoría de la relatividad. Sin embargo, la respuesta del alemán fue bastante desconcertante: “Ellos vieron algo, ¿qué es? no lo sé y tampoco tengo curiosidad. Atentamente, Albert Einstein”. La carta de Gardner fue respondida el 23 de julio de 1952.
La respuesta decepcionó bastante, ya que la curiosidad era algo que lo identificaba, sin embargo, era de esperarse porque cinco años antes de las preguntas del reverendo Gardner, supuestamente le presentaron pruebas reales de un platillo volador, a lo cual mostró desinterés. En conclusión, el tema no le interesaba par nada al Premio Nobel de Física de 1921.