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Las terribles predicciones de experto sobre el internet en el futuro, ¿se acabará?

Un reconocido teórico holándes asegura que el internet se dirige a un ‘punto de no retorno’.

Internet / Getty Images / Issaro Prakalung / EyeEm

Una de las herramientas, que sin duda alguna, mueven al mundo en la actualidad es el internet, una red informática mundial, que permite la interconexión de las personas donde quiera que se encuentren.

A pesar de que para muchos es inconcebible la sola idea de vivir sin conexión, Geet Lovink, profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam (Auas), publicó un ensayo que generó polémica mundial, al afirmar que el final de la red está más cerca de lo que pensamos.

El docente explica que el precio que los usuarios pagan por el internet es cada vez más alto y seguirá aumentando por las condiciones del mundo actual, donde cada vez hay más consecuencias al compartir una opinión en línea.

El costo, según indica, no es monetario, sino psicológico. “Incluso los usuarios ‘normales’ tienen que pagar cada vez más un precio por nuestra gran dependencia de Internet y nuestra adicción a las redes sociales y las aplicaciones”, precisa en su escrito.

El académico asegura que, eventualmente, expresar las consideraciones personales, tendrá tantas consecuencias que la gente se alejará de la red y esboza un escenario al que se refiere como “Extinción de Internet”.

Consecuencias psicológicas

El profesor asegura que las consecuencias del uso excesivo del internet van desde la dismorfia corporal -preocupación obsesiva por un defecto físico autopercibido- y los trastornos de ansiedad que sufren muchos jóvenes en la actualidad, hasta la pérdida o disminución generalizadas de algunas funciones cognitivas a raíz de la tecnología.

Indica que visualiza un futuro, en el que ciertos servicios ya no estarán disponibles, también a la luz de la situación geopolítica y la crisis climática, y esto a su vez conducirá a un acceso reducido o desconexión de Internet.

Lovink ve que se acerca este “punto sin retorno” y explica que, “no solo muchos jóvenes sufren de una imagen distorsionada de sí mismos y trastornos de ansiedad, también ha habido una externalización de funciones: ciertas funciones críticas de nuestro cerebro están siendo subcontratadas. Nuestra memoria a corto plazo está empeorando y nuestra atención se vuelve cada vez más fragmentada y dirigida de manera muy específica”.

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Al mismo tiempo, dice, el control social está aumentando y los usuarios están siendo monitoreados de cerca. “Nuestra supuesta libertad de expresión ya no existe. Las consecuencias para aquellos que comparten opiniones no convencionales en línea, por ejemplo, con respecto a su trabajo o círculo de amigos son cada vez peores (...) ya estamos comenzando a ver indicios de que las personas publican cada vez menos sus opiniones”.

Además, traza un paralelismo con la crisis climática: “Las emergencias climáticas han llegado a un punto irreparable. La gente ha comenzado a movilizarse en masa porque las acciones individuales, como instalar paneles solares, ya no son suficientes”.

Como ejemplo, el profesor tomó a Mark Zuckerberg, quien está alejándose cada vez más de las redes sociales para adentrarse en el metaverso poco a poco.

Todo este análisis tiene como premisa preguntarse si es posible arreglar el Internet o si es una causa perdida. Para Lovink, es claro que la respuesta más sensata es la segunda: “La gente empezará a rehuir de la tecnología”.

Así las cosas, la conclusión a la que llega el experto, es que es posible que la humanidad se aburra de la red, o que la deje de lado por su propio bien, un escenario optimista. “Podrían surgir programas informáticos diferentes u otras construcciones que nos hicieran menos dependientes”, aseveró.