Internacional

El “detrás de cámaras” del autogolpe de Estado en Perú

Mientras un abogado cercano a Pedro Castillo asegura que el expresidente estaba dopado durante las declaraciones, su asesor afirma que los anuncios fueron improvisados.

Presidente de Perú, Pedro Castillo. Foto: Artur Widak/NurPhoto via Getty Images

Presidente de Perú, Pedro Castillo. Foto: Artur Widak/NurPhoto via Getty Images / Artur Widak

Perú

Luis Alberto Mendieta, el asesor del entonces presidente Pedro Castillo, habló con El País América explicando qué ocurrió en la casa de gobierno en los momentos en los que Castillo hizo una serie de anuncios calificados como un autogolpe de Estado.

Mendieta dice que el miércoles le envió a Castillo por whatsapp el discurso que debía pronunciar ese día en el Congreso para defenderse de un tercer juicio político. Castillo le respondió que el documento no se descargaba por lo que el asesor lo imprimió y optó por llevarlo en físico al mandatario.

Cuando Mendieta llegó a la oficina presidencial, un ayudante le bloqueó el paso y dijo que Castillo estaba ocupado y no podía atenderlo. El asesor regresó a su oficina, alguien le dijo que prendiera el televisor y justo en ese momento se conocía el anuncio de disolución del congreso, toque de queda e instauración de un gobierno de emergencia.

El asesor, quien solía ser ayudante de confianza de Castillo, asegura que no supo nada de esta decisión, regresó a la oficina presidencial y encontró a Castillo como un hombre asustado y no como un dictador. En medio del silencio le preguntó “presidente, ¿qué ha hecho?”.

Según Mendieta, era un momento de emociones y no de palabras en los que junto a Castillo estaban sentados otros asesores y el ministro de Defensa quien tampoco se pronunció sobre los anuncios, aunque parecía haber conocido previamente del mensaje que daría Castillo.

El ayudante de confianza del expresidente dijo que Castillo se convirtió en un cadáver político cuando los militares le dieron la espalda y los ministros que no sabían de su plan comenzaron a renunciar.

Al momento en que todos comenzaron a restarle apoyo a Castillo, en la casa de gobierno se temió lo peor porque nadie encontraba al presidente. Se llegó a pensar que habría tomado una medida drástica como el expresidente Alan García, quien se suicidó antes de ser arrestado por corrupción.

Mendieta concluye que el autogolpe habría sido improvisado y que, tras notar la crisis que se avecinaba, Castillo intentó improvisar una ruta de escape a la Embajada de México, contactando al presidente Andrés Manuel López Obrador para obtener asilo, sin embargo, fue demasiado tarde y sus escoltas lo entregaron a la policía.

Poco después de su detención, el abogado Guillermo Olivera Díaz, quien asegura ser cercano al exmandatario, llegó al lugar de detención del expresidente y aseguró que Castillo estaba sedado o dopado al momento de dar su mensaje a la nación.

“Leyó tembloroso ya demás estaba sedado, los instigadores engañan, yo quiero decir que ese mensaje no lo escribió Pedro Castillo, ese discurso no lo entiende el y mucho menos los efectos legales de su terminología jurídica”, dijo Díaz.

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