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El médico que se convirtió en el técnico más exitoso del fútbol colombiano

La partida de Gabriel Ochoa Uribe deja un legado imborrable en la historia del balompié nacional.

El nombre de Gabriel Ochoa Uribe tiene un lugar privilegiado en la historia del fútbol colombiano. Primero como jugador y luego como técnico, demostró el arte de ganar al mando de equipos que hoy, a casi 30 años de su retiro de la actividad, guardan un lugar muy especial en la retina de los aficionados.

Los comienzos de Ochoa en el fútbol se dieron en el América de Cali en 1946 cuando este deporte todavía era aficionado en Colombia, y desde temprano demostró sus cualidades en el arco. En el primer campeonato profesional del FPC (1948), jugaría cinco partidos como titular con los ‘Escarlatas’, sin embargo, un equipo de la capital puso sus ojos en él para lanzar la primera piedra de una carrera tremendamente laureada: Millonarios.

En el conjunto ‘Embajador’ integraría la famosa época de ‘El Dorado’, junto a figuras de la talla de Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stéfano y Néstor Raúl Rossi, entre otros. Con aquel plantel fantástico, que llegó a ser nombrado como el mejor equipo del mundo, se llevaría los campeonatos de 1949, 1951, 1952 y 1953, además de una Copa Colombia en este último año.

Finalizada la época de ‘El Dorado’, Ochoa viajaría a Brasil para jugar con el América de Río de Janeiro, suceso que lo convertiría en el primer portero colombiano en jugar en un equipo de ese país. En simultáneo con su carrera deportiva, estudió medicina y se graduó en territorio brasileño: de allí el tan recordado apodo.

Tras sus tres años años en el fútbol ‘Carioca’ (1954-56), ‘El médico’ volvería a Bogotá para jugar sus últimos años como portero en Millonarios, hasta retirarse en 1958 siendo ya el técnico del primer equipo. Dedicado 100% a su rol como técnico, los éxitos no tardaron en llegar.

Con Millonarios conseguiría los títulos de 1959, 1961, 1962 y 1963 (incluida una Copa Colombia en el 63’) para luego migrar a las arcas de Independiente Santa Fe, donde alzaría una Liga en 1966 con el ídolo Alfonso Cañón a la cabeza. En el 1967 dejaría el ‘Cardenal’ tras una discreta campaña y se dedicaría algunos años de lleno a la medicina.

En 1970 volvería a ser seducido por el fútbol, su otra gran pasión, para dirigir a Millonarios. Nuevamente sería campeón con el azul 1972 con jugadores como un joven Willington Ortiz, Alejandro Brand y Jaime Morón (el famoso BOM), Segrera y ‘Chonto’ Gaviria, entre otros. No obstante, luego de varias idas y venidas —se fue en 1975 y volvió en 1977’— y algunas diferencias con los directivos, ‘El Médico’ dejaría definitivamente el club en el 77’.

Si bien Ochoa, en ese entonces, juró no retornar al fútbol, la muerte de su hijo Fernando, y una jugosa propuesta del América, lo llevarían más alto de lo que ya estaba. En el ‘Escarlata’ dominaría la década de 1980, pues consiguió una estrella más en 1979 y luego terminaría siendo siendo el artífice del aún inalcanzable pentacampeonato (1982, 1983, 1984, 1985 y 1986). La cantidad de ‘cracks’, ajustados por la disciplina y rigurosidad del ‘Médico’, hicieron historia pura: Falcioni, Cueto, Gareca, De Ávila, Cabañas, Willington Ortiz y Álex Escobar son algunos de tantos.Y claro, ello sin olvidar los tres subcampeonatos en la Libertadores: 1985, 1986, 1987.

Su retiro de la dirección técnica y en definitiva del balompié que tanta gloria entregó en más de 30 años se dio 1991; y con su partida, quedaron tremendos récords para los libros de historia: el entrenador colombiano que más partidos dirigió con 1,565 (1,361 por Primera A y 115 por Libertadores); el que compromisos dirigió en América y Millonarios: 763 y 546 respectivamente; y, cómo no, el más exitoso en la historia de nuestro fútbol con 14 títulos en total. La leyenda de ‘El Médico’, un ganador nato, seguirá viva por muchísimos años.