Por una acción popular interpuesta por el ciudadano <strong>Felix Campos</strong> el juzgado 40 Administrativo de Bogotá condenó al <strong>IDU,</strong> a <strong>consorcios</strong> <strong>e interventores</strong> que participaron de las adecuaciones de las vías de <strong>Transmilenio</strong> por la <strong>Caracas</strong> –Calle 6-, y la <strong>Autopista Norte</strong> <strong>por</strong> <strong>Héroes</strong>. Esto, al desconocer los estudios que se habían realizado y usar <strong>“relleno fluido”,</strong> un material que no era apto para soportar alto flujo vehicular.El dinero por los perjuicios causados que tendrán que pagar a <strong>Bogotá</strong> se definirá en una decisión posterior, pero se comprobó por parte del juzgado que <strong>violaron</strong> <strong>los derechos</strong> <strong>al patrimonio público y la moralidad administrativa</strong> por parte del IDU, Consorcio Integral S.A. – Silva Carreño & Asociados .A. – Silva Fajardo Y CIA. LTD A, el Consorcio Ingetec-Piv-La Vialidad, el Consorcio Castrp Tcherassi S.A. Equipo Universal S.A. y la sociedad Construcciobnes Civiles - Conciviles S.A.<em><strong>Lea también: <a href="https://caracol.com.co/emisora/2019/06/17/bogota/1560792804_443629.html" target="_blank">Bus de la nueva flota de Transmilenio se varó.</a></strong></em>Los argumentos se exponen en <strong>373 páginas</strong> donde se aborda la responsabilidad del IDU por el <strong>uso de este material</strong> y las <strong>omisiones</strong> de los diferentes contratistas que nunca señalaron las consecuencias de su uso. Además se le reprocha a <strong>Cemex Colombia</strong> y <strong>Argos</strong> el haber recomendado por medio de la <strong>Asociación Colombiana de productores de Concreto</strong>, ASOCRETO, el material y se les ordena ofrecer disculpas a los ciudadanos pues dice que se violó el derecho a los consumidores.El juzgado concluyó que los estudios de la compañía <strong>STEER DAVIES & GLEAVE</strong> señalaron como una posibilidad el uso de “relleno fluido” para los paraderos del Sistema y nunca para los carriles de <strong>Transmilenio</strong>.“Los diseños previos establecieron que en caso de daños o deformaciones en la vía, su renivelación debía efectuarse mediante una combinación de <strong>fresado</strong> <strong>y bacheo</strong> con base asfáltica; lo que permite concluir que para la adecuación de las troncales de <strong>Transmilenio SD&G</strong> nunca <strong>señaló</strong> la utilización del material <strong>relleno fluido,</strong> pues este solo fue taxativamente sugerido para ser empleado en las zonas de ampliación de separadores – paraderos del sistema”, se lee.Pese a ello el IDU estableció que para el bacheo y nivelación en lugares de la vía con ondulaciones grandes se podía utilizar el “relleno fluido” y fue además el que a través de especificaciones en la <strong>licitación</strong> adoptó el método de construcción whitetopping para el <strong>carril de</strong> <strong>solo</strong> <strong>buses</strong>.“En consecuencia, desde la etapa precontractual se evidenciaron inconsistencias en cabeza del IDU, al cambiar los diseños originales planteados por SD&G; así como una actitud indiferente de los proponentes para analizar los <strong>soportes</strong> <strong>de la contratación</strong> con el fin de avizorar los errores de la administración”, se lee.Pero esto no fue todo según el juez, solo hasta el <strong>29 de agosto de 2000</strong> cuando se empezaron a evidenciar las falencias se hizo los controles de calidad y empezaron a generarse los costos adicionales por un mayor uso del material que llegaron a más de 2 mil millones de pesos, sin que tampoco hiciera un control por parte del contratista <strong>Castro Tcherassi</strong> y la interventora <strong>Ingetec</strong>.“Es decir que la modificación hecha por el contratista, avalada por el interventor y pagada por el IDU equivale a un <strong>147% adicional</strong> de la cantidad inicialmente pactada por las partes; lo que en términos económicos implicó un costo complementario de DOS MIL SETENTA Y NUEVE MILLONES TRESCIENTOS NUEVE MIL CUATROCIENTOS OCHENTA Y CINCO PESOS (<strong>$2.079.309.485,35</strong>) en relación con lo inicialmente previsto por la administración para la implementación del relleno fluido en la obra”, se lee.Dice el juez que se construyeron los carriles de Transmilenio por el sector de <strong>Héroes</strong> <strong>sin diseños de drenaje</strong> y al igual que en el caso anterior el <strong>Consorcio Obras Públicas</strong> no señalaron los riesgos pese a que deberían revisar la idoneidad, estabilidad y seguridad de los procedimientos.“También constituye una verdad irrefutable que, aunque SD&G dejó la salvedad que faltaban los diseños de drenajes, el IDU eliminó la posibilidad de complementar los diseños, y solo cuando las fallas eran evidentes, procedió a realizar el <strong>contrato</strong> <strong>No</strong>. <strong>330</strong> de 2002 con el CONSORCIO OBRAS PUBLICAS para hacerlo. Es decir, el IDU no solo pasó por encima de los <strong>diseños</strong> de SD&G, sino que al determinar en los pliegos que el contratista debía complementarlos, de forma inexplicable eliminó esta obligación. Como consecuencia de ello, la <strong>Autopista Norte</strong> se construyó sin diseños de drenaje”.En la etapa contractual se firmó con <strong>Construcciones Civiles S.A. Conciviles</strong>, el 1 de junio de 2000 para la rehabilitación de calzadas de Transmilenio de la Autopista Norte -<strong>Héroes a la calle 176</strong>. Primero, se estipuló un costo de <strong>$</strong> <strong>38.184´458.524</strong>, pero se adicionó un contrato el 10 de noviembre del mismo año porque se requería una ampliación de la estación de la cabecera de la Autopista Norte que afectaría andenes y vías por un valor de <strong>$ 4.000’000.000</strong>.Luego, se modificó la forma de pago de ese segundo contrato y aumentó a <strong>$5.300.000.000</strong> y meses después se aumentó el valor pactado a e <strong>$ 9.400.000.000</strong> por un documento de la empresa y la interventoría. Dice el juez, que el contrato fue adicionado seis veces y se seguía con el relleno fluido.“Se adicionó distintas veces, a solicitud del IDU, con la finalidad de cambiar la resistencia en el relleno fluido para carriles externos y zonas de paraderos, sin tener presente lo recomendado en los diseños de SD&G, lo que constituye negligencia en la ejecución contractual por parte de la administración distrital, que también es atribuible a Conciviles”, se lee.Finalmente se lee: “El examen de las pruebas, muestran que el IDU no solo se equivocó desde la etapa de los pliegos de condiciones, cuando cambio la resistencia del relleno fluido a 30 kg/cm2 y desconoció que este material sería utilizado únicamente para bermas y ampliación de bermas, según lo contempló SD&G, sino que al no especificar en el pliego el uso del RF57 permitió que el constructor y el interventor interpretarán de forma errada los diseños de SD&G, utilizando como material de nivelación en carriles mixtos y de Transmilenio en resistencia de 30 kg/cm2 , lo que contribuyó a los daños prematuros presentados en las losas de Transmilenio de la Autopista Norte”.El Juez da otras órdenes sobre el caso, entre ellas, que el IDU haga unos nuevos estudios y entregar mensualmente un informe ordena también hacer unos nuevos estudios.