El recorrido del Defensor del Pueblo, <strong>Carlos Alfonso Negret</strong> empezó con ocho horas en lancha desde Buenaventura hasta López de Micay en el departamento del Cauca. Aunque hubo una parada inesperada: <strong>el corregimiento de Puerto Merizalde.</strong>Es este lugar, es donde antes la coca y el oro se despachaban a compradores de carteles mexicanos, <strong>compradores norteamericanos y de Panamá</strong>, pero ahora no, porque desde el mismo municipio de Argelia hacen los envíos. Por allí, sin embargo pasan, y de noche pues sólo necesitan la luna llena <strong>para tener claro el camino.</strong>El protagonista de la zona es el Río Naya con sus <strong>siete desembocaduras al mar que lo hacen un corredor estratégico</strong> y manteniendo de esta manera en sus aguas el conflicto.“Este es un punto crítico también por condiciones estatales y es que <strong>la Armada entra del mar hacía Colombia</strong> 10 millas náuticas y el resto prácticamente lo tiene que cubrir el Ejército. (...) Esta es la entrada al Naya, es un espacio muy grande y muy disperso y <strong>está absolutamente desprotegido por la Fuerza Pública</strong>”, explica el defensor delegado del Cauca, Felipe Vernaza.El defensor Carlos Negret lo define en una frase “<strong>es una zona gris</strong>”, y lo es. Recientemente, por ejemplo, muy cerca del corregimiento un equipo de la Defensoría <strong>fue interceptado por nueve hombres</strong> que tenían un solo objetivo: llevarse a un recién liberado.Rumores. Hay muchos, tanto sobre las razones del secuestro, como <strong>sobre quiénes se lo volvieron a llevar</strong>: no es claro si fue el ELN, disidentes de las FARC o una banda nueva que quiere controlar el narcotráfico en el Río.Unas horas en lancha más tarde, <strong>queda atrás Valle del Cauca</strong> y se llega a Cauca, a López de Micay, donde el pasado 30 de octubre <strong>fueron asesinados seis personas, </strong>al parecer por enfrentamientos entre disidencias de las FARC y el ELN.Donde después de esto volvió el miedo: “Desde ese día, <strong>que mataron esas personas</strong>, yo no he ido a la mina, yo no he ido a barequear”.Como en el corregimiento faltan cosas: la educación, la salud, las oportunidades. <strong>Abundan las paradojas</strong>. López de Micay es el municipio de Colombia en el que más llueve y no tiene acueducto, aunque se está gestionando. Puerto Merizalde que <strong>está al lado del corredor, antes en poder de la</strong> FARC, es bien apetecido pero no se tiene mayor cosa, la iglesia y el colegio se están cayendo.“Base de la economía: la minería y lo que es la coca. Es que usted sacó un kilo de coca y <strong>a media vuelta la tiene vendida</strong>. Sí sacó usted unos cinco cuatro gramos de oro, carga plata en el bolsillo porque inmediatamente lo van a comprar, <strong>pero si yo me pongo por ejemplo a estilar, panela se queda ahí, esa miel se queda ahí</strong>. No me la compran, entonces eso conlleva a que la gente pegue para ese lado”, dijo Mario Marino Tobar, exconcejal del municipio y líder social.El llamado al gobierno de López de Micay, dice el defensor Negret, <strong>es la misma para todo el andén del Pacífico</strong>: “Inversión social, mientras el Estado no mire el andén Pacífico con inversión social va a ser imposible que la gente deje los cultivos ilícitos”.