Los jóvenes nicaragüenses seguirán en la lucha pese a represión y amenazas
Manifiestan que el aumento de la represión y política del miedo de Ortega, hacen que mucha gente no se atreva a salir de sus casas.
"Nosotros pensamos seguir tomando las calles porque nos pertenecen, y seguiremos luchando para que los crímenes cometidos por el Gobierno de Daniel Ortega no queden impunes", dijo hoy en una entrevista con Efe una estudiante identificada como "Gina", quien reconoció que la "represión obligó a cambiar la forma de luchar, pero no a abandonar".
"Gina", sin poder reprimir el llanto, explicó que los jóvenes no se van "a cruzar de brazos mientras matan a nuestros amigos, a nuestros hermanos", por lo que consideró que "sería injusto que la gente abandonase tan noble lucha".
Reconoció que "el aumento de la represión y la política del miedo de Ortega, hacen que mucha gente no se atreva a salir de sus casas", pero se mostró convencida de que "será algo momentáneo", porque "los nicaragüenses son gente valiente y volverán a salir en masa a exigir la libertad de una nación noble que no se merece lo que está viviendo".
La estudiante, quien asistió a una manifestación popular para pedir la dimisión del mandatario y el cese de la violencia contra las personas que están en desacuerdo con la gestión del presidente, señaló que "la represión se endureció, pero el Gobierno ya empezó a reprimirnos el mismo 18 de abril por expresarnos libremente".
"Llevamos más de tres meses bajo una fuerte represión, pero aquí seguimos, nos levantamos varias veces y lo seguiremos haciendo para exigir nuestros derechos, así que no nos callarán", insistió.
Recordó que el Gobierno decidió "aplicar unas reformas que afectaban a los más pobres, que estaban golpeando a los ancianos y no podíamos quedarnos ahí, callados sin hacer nada. No podemos permitir que se siga aplicando una política destructiva".
No obstante, aseguró que los activistas planean "otras formas de lucha", con el objetivo de "evitar más muertes y más sangre, más secuestros, más tortura y sufrimiento".
Aseguró que los estudiantes valoran si levantar o no más barricadas, ya que fue, según "Gina", en los lugares donde se ubicaban estas, "donde más gente mataron, porque sabían que allí siempre encontrarían a alguien a quien dispararle".
"No queremos seguir perdiendo vidas, solo queremos una lucha justa con protestas pacíficas, sin más muertes, es muy duro seguir así, viendo con tanto dolor como se pierden vidas humanas y se rompen familias", precisó la joven.
"Ya van más de 360 muertos" -detalló- "y nosotros no vamos a callar, no nos podemos callar hasta que se haga justicia y los culpables paguen por lo que hicieron".
En opinión de "Gina", Ortega "intenta aplicar la política del miedo, pero está acorralado, tiene presión internacional por todos lados y ese es nuestro apoyo y aliento para continuar, pese a que él les dice a los suyos que ha ganado".
"Si dice a su gente que ya perdieron, lo van a tomar por traidor y se quedará solo. Ya son pocas las personas que aún le siguen y no les puede decir que nosotros hemos ganado, nadie ha ganado todavía, pero la lucha la tenemos firme y la ganaremos, la mantendremos por toda la sangre derramada", explicó.
Según diferentes datos de organizaciones de derechos humanos, desde el pasado 18 de abril, cuando empezaron las protestas por la gestión del Ejecutivo, entre 277 y 351 personas murieron a manos de las "fuerzas combinadas" del Gobierno, formadas por policías, parapolicías, paramilitares y antimotines.
La esposa de Ortega y vicepresidenta, Rosario Murillo, proclamó el pasado miércoles la "victoria sobre esas fuerzas tenebrosas", en referencia a los manifestantes antigubernamentales que, según el Ejecutivo, intentan derrocar al Gobierno que preside su esposo.
Para "Gina", estas afirmaciones "no son más que consignas falsas con las que pretenden dar al pueblo una imagen irreal, porque un país que ha perdido a 351 personas en tres meses, no puede hablar de victoria. Con eso perdemos todos, nadie gana".
Sin embargo, el Gobierno tomó el pasado martes el control de Masaya (sureste) a través de la denominada "Operación Limpieza", consistente en una ofensiva de las "fuerzas combinadas" y trabajadores del Estado, para remover bloqueos de caminos y barricadas.
Masaya, que ahora el Gobierno considera "limpia", era el último gran bastión que se mantenía en pie contra el Gobierno sandinista.
En referencia a dicha localidad, "Gina" señaló que "Masaya le pertenece al pueblo. El Gobierno cree que con quitar los tranques (barricadas) o levantar un adoquín ya ganó la lucha, pero no, nosotros no estamos defendiendo barricadas o adoquines, estamos defendiendo una democracia justa y queremos libertad de expresión".
Las protestas contra Ortega se iniciaron el 18 de abril pasado, por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.