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Merkel logra su cuarta legislatura

El primer escollo surgió ya esa misma jornada electoral, cuando cerraron los colegios y saltaron los primeros sondeos a pie de urna.

Merkel logra su cuarta legislatura

Merkel logra su cuarta legislatura(EFE/Archivo)

Alemania

Se dio El "sí" de las bases socialdemócratas a otra gran coalición de Gobierno que despeja el camino para un cuarto mandato al canciller alemana, Ángela Merkel, quien tras ganar los comicios generales tuvo que superar en los últimos meses siete obstáculos a su reelección.

Merkel, con 12 años en el poder en Alemania y la más veterana entre los líderes europeos, vio marcada su victoria electoral, el 25 de septiembre pasado, por el signo de la incertidumbre política.

A la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido que preside, y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) se le otorgaba la victoria con el 33,5 % de los votos, doce puntos por encima del Partido Socialdemócrata (SPD) de su principal rival, Martin Schulz.

El escrutinio final dejó a la CDU/CSU en un 33 %, una clara ventaja frente al 20,5 % del SPD, pero el segundo peor resultado desde 1949 para el bloque de Merkel.

La ultraderecha celebró en cambio su acceso al Parlamento, con Alternativa para Alemania (AfD) convertida en tercera fuerza con el 12,6 % de los votos.

Los comicios evidenciaron la debilidad de las grandes formaciones tradicionales y, ante el rechazo de Schulz a reeditar una gran coalición -tras las lideradas por Merkel en su primera y tercera legislatura-, la canciller tanteó una alianza inédita a nivel federal con verdes y liberales.

Le sobrevino un segundo revés con la ruptura de las negociaciones tras cinco semanas de intensas conversaciones, un golpe para la canciller, pues fueron los liberales, sus tradicionales socios, quienes dieron por inviable el tripartito.

Empezó la tercera gran prueba para la canciller: convencer a Schulz de la necesidad de reconsiderar su rechazo a otra gran coalición, única posibilidad de formar un Gobierno estable.

Contó para ello con un aliado procedente de las filas socialdemócratas, el presidente Franz-Walter Steinmeier, quien había sido ministro de Exteriores de Merkel antes de acceder al máximo cargo representativo del país por consenso entre la gran coalición.

Steinmeier convenció a Schulz de abrir la puerta a un Ejecutivo bajo esa constelación, lo que logró el visto bueno del SPD pese a la férrea campaña en contra dirigida por el líder de sus juventudes -"Jusos"-, Kevin Kühnert, erigido en figura emergente del partido.

El siguiente desafío para Merkel fue sentarse a negociar con quien había asegurado tanto en campaña como en la noche electoral que nunca apoyaría otra coalición liderada por la canciller.

Fueron muchas sesiones de negociación hasta que se alcanzó un preacuerdo que logró la aprobación de un congreso extraordinario del SPD por un ajustadísimo 56 %, con la cúpula en pleno apoyando el "sí" y los "Jusos" de Kühnert reforzado y clamando por su bloqueo.

De la perseverancia negociadora de Merkel surgió por fin un pacto de coalición, su quinta prueba superada, que fue criticado en sus filas conservadoras porque adjudicaba al SPD seis ministerios -el mismo número que a la CDU-, entre ellos las carteras clave de Exteriores, Finanzas y Trabajo.

Schulz, quien un año atrás había tomado las riendas del SPD como rival a la altura de Merkel, tiró la toalla en febrero y renunció al liderazgo del partido y a ser el futuro titular de Exteriores.

Merkel superó su siguiente prueba al acallar las críticas internas en un congreso de la CDU de apenas seis horas de duración, donde además marcó el camino de su sucesión al frente del partido que preside desde 2000.

A calmar las aguas entre quienes reclamaban un giro más conservador contribuyó la designación como ministro de Jens Spahn, representante del ala derechista de la CDU.

Combinó esa designación con la elección como secretaria general del partido de Annegret Kramp-Karrenbauer, apodada por sus compatriotas la "Mini Merkel", por su alto grado de afinidad personal y política con la canciller.

Cinco meses largos después de las elecciones generales, a Merkel le quedaba aún por superar un último escollo, la consulta vinculante entre los 463.722 militantes de un partido rival, el SPD, que se decantó con el 66 % por el "sí".

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