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Cumbre Descarrilada

Para Maduro la cumbre era la oportunidad de presentar en sociedad los “logros” de la República Bolivariana.

Culminó con mucha pena y poca gloria, con gran asistencia de segundos secretarios e ínfima de jefes de Estado, la XVII cumbre del movimiento de los No Alineados –NOAL- congregada en la Isla de Margarita, República Bolivariana de Venezuela.

La mera supervivencia de los NOAL un cuarto de siglo después de finalizada la guerra fría es una demostración patente que las organizaciones internacionales no se acaban, adquieren vida propia más allá de las circunstancias que les dieron origen, gracias a una frondosa burocracia, costosas cumbres e inflados egos. Unasur es otro ejemplo.

Los No Alineados es el producto de tres grandes líderes de mediados del siglo pasado, Jawaharlal Nehru de la India, Gamal Abdel Nasser de Egipto y Josip Broz Tito de Yugoslavia quienes en 1961 fundaron el movimiento que tenía como objetivo promover la descolonización, luchar contra la pobreza y por encima de todo mantener una independencia en un mundo en el que los países se alineaban con la Unión Soviética o con Estados Unidos en medio de la guerra fría.

Objetivos loables de un movimiento que pronto sería víctima de su propio invento admitiendo gran cantidad de países que como la Cuba castrista finalmente alinearía a los NOAL firmemente en el bloque soviético, perdedor de la guerra fría. De sus fastuosas cumbres lo único que brotaba en abundancia era impetuosa retórica y pomposas declaraciones exigiendo un cambio en el orden internacional, reforma de Naciones Unidas, la infaltable condena a Israel, el rechazo al imperialismo y el llamado a combatir la desigualdad y la pobreza. Claro está que la mayoría de los líderes que engalanaban las cumbres de los NOAL representaban gobiernos corruptos, autocráticos, antidemocráticos y dictatoriales, cuyas acciones eran claramente contrarias a lo que el movimiento en teoría pregonaba.

De los tres fundadores, Nasser sería humillado por Israel en la guerra de los seis días de 1967 tras la cual se derrumbó su proyecto panarabista y su estatus como líder del mundo árabe. A la muerte de Tito, Yugoslavia estallaría en las guerras de los Balcanes de los años 90 dando sangriento origen a Estados alineados con occidente. India en su gesta por ascender a gran potencia a la par de China ha ido abandonando en su política exterior al gran sur para establecer alianzas con los anatemas de los NOAL comenzando con Estados Unidos, siguiendo con Israel y Europa Occidental. La ausencia del premier hindú Narendra Modi en la cumbre en Porlamar fue la más sentida de todas por el simbolismo que representa India en los NOAL.

La cumbre de Margarita sin embargo se presta para esos chistes que se cuentan en los cocteles de la alta sociedad. Se encuentran los cancilleres de Siria, Corea del Norte e Irán y se vanaglorian de cuál de sus países es más brutal. Dice el de Irán “En nuestro país condenamos a los homosexuales a la horca y sus cuerpos quedan expuestos al público balanceados por la brisa para que otros aprendan la lección”. Dice el de Corea del Norte: “En nuestro país a los disidentes, especialmente si son familiares cercanos a nuestro querido líder Kim Jong Um, los arrastramos desnudos a un patio y les lanzamos una jauría de perros hambrientos”. Dice el sirio: “En nuestro país hemos asesinado a unas 400 mil personas, unos 20 mil niños, hemos destruido ciudades enteras y desplazado a más de 12 millones”. Brindan y entran a ocupar sus mullidas poltronas en el salón donde se llevan a cabo las deliberaciones.

Para Maduro en medio de una crisis política, económica y social sin precedentes la cumbre era la oportunidad de presentar en sociedad los “logros” de la República Bolivariana, maquillados por su leal canciller Delsy Rodríguez. Sin embargo, pocos días después del cacerolazo que lo recibió en Margarita, la Isla fue militarizada, aislada del resto del país para crear una realidad virtual que estuviese al nivel de los pocos participantes en la cumbre, que no fue otra cosa que un rotundo fracaso.

Los NOAL es un movimiento anacrónico, vestigio de tiempos pasados, pero ha encontrado una nueva misión que sirve muy bien a sus miembros: clientelismo internacional de alto nivel, intercambio de votos y cargos en las Instituciones internacionales. A Maduro como presidente pro tempore le servirá su periplo para realizar costosos viajes al exterior para así poder evadir por pocos días cada vez la calamitosa realidad en que el chavismo ha sumido a su país.