Orden Público

Maracaibo, la capital petrolera de Venezuela que se ahoga en el caos

Los saqueos se han vuelto costumbre en las últimas semanas, hay quienes se aprovechan de la falta de electricidad para generar caos y conseguir en un momento lo que otros tardan semanas en poder llevar a sus casas.

Maracaibo, la capital petrolera de Venezuela que se ahoga en el caos

Maracaibo, la capital petrolera de Venezuela que se ahoga en el caos / Caracol Radio

En la zona fronteriza con La Guajira está la capital del estado del Zulia, el principal centro petrolero de este país en el que ahora hay que hacer largas filas en las gasolineras para poder tanquear en esta zona que tiene unas las reservas más grandes de crudo a nivel mundial.

Se trata además de la segunda ciudad más importante de Venezuela y ha sido el centro en los últimos días de saqueos de comercios y episodios de violencia desde que se anunció que habrán cuatro horas diarias de racionamiento eléctrico.

Por las calles de Maracaibo se pueden ver centenares de carros de la década de los 60, al estilo de Cuba, que hacen las veces de taxis. “Yo creo que ahora Cuba está mejor que nosotros”, dice Johnatan Gonzalez, el conductor que me lleva al hotel Jolie, que como el resto de los hoteles de esta zona, debe someterse a estar sin luz siete horas al día.

Cuando llego, me ofrecen una habitación sencilla en el primer piso “para que no tenga que subir por escaleras con las maletas” ante la falta de ascensores, dice Mario Gómez, el gerente del hotel, quien se lamenta porque el Gobierno chavista no invierte lo mismo en el sector en todos los lugares del país.

“Se ve afectado el turismo a nivel nacional e internacional, no podemos brindar confort a los huéspedes y además nos afecta directamente porque el recurso humano que sufre recortes cuando el nivel de ocupación baja”, señala. Y es que no hay confort posible con temperaturas que llegan a los 35 grados con una sensación térmica de 40, sin ventilación.

Al salir del hotel se ven filas en cada esquina. La gente pasa todo el día tratando de comprar “lo que haya” o más bien lo que los contrabandistas o bachaqueros, como los llaman aquí, les dejan.

“Cuando estoy libre en el trabajo, tengo que hacer cola y cuando veo que sacan productos como aceite, pañales, leche, jabón pero tengo que ir a trabajar, igual trato de conseguirlos. En mi casa falta todo, es terrible”, dice María Josefina Rodríguez, quien hace la fila desde ayer y aún no ha conseguido nada.

Los saqueos se han vuelto costumbre en las últimas semanas, hay quienes se aprovechan de la falta de electricidad para generar caos y conseguir en un momento lo que otros tardan semanas en poder llevar a sus casas.

“Han saqueado varios comercios, esos es vandalismo pero la gente se ha visto obligada a hacerlo porque no se consigue nada”, dice Tibisay Perea, quien tiene que ir hasta tres veces por semana a hacer colas para poder comer en un sistema en el que la miseria parece ser lo único que se ha repartido en partes iguales.

Tibisay cuenta que la primera vez que votó, lo hizo por Chávez, pero que “lo poco que hizo Maduro vino y lo desbarató todo”. Esta ciudad, antes capital petrolera de Venezuela, luce así, desbaratada.

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