El niño que murió de sed y ahora hace milagros
Cerca de la virgen de Caacupé hay romerías para visitar a un niño que. según lugareños, es milagroso.

El niño que murió de sed y ahora hace milagros
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Pablito era un niño humilde, que murió en brazos de su madre, cuando ambos se encontraban en una carretera de Paraguay, a pocos kilómetros del Santuario de la Virgen de Caacupé, ahora convertida en Basílica Menor por el papa Francisco
El niño, de seis meses, no pudo soportar la sed y falleció ante los clamores de su madre para que les dieran agua. Tras su deceso, de la tierra brotó agua y hoy muchos creyentes afirman que es agua bendita. Es la historia que le contaron los lugareños a Caracol Radio, cuando llegamos a ese punto paraguayo, en medio de la gira del papa Francisco
En el lugar hay un pozo de donde los devotos toman el agua, se bañan con ella, o se hacen la señal de la cruz. Y estos fieles aseguran que Pablito es un ángel que con el agua bendita hace milagros
"Cuando pasaba por aquí veía a mucha gente. Algún día paré, oré. Por esos días estaba mal y pedí ayuda que milagrosamente me llegó al poco tiempo. Ahora tengo mucha fe en el ángel Pablito", apuntó Jorge, un hombre que accedió a hablar con Caracol Radio sobre su experiencia
Aunque el tema no ha sido aprobado ni profundamente discutido por la iglesia en el sector, llama la atención que a pocos metros del pozo hay una capilla y en su entrada decenas de placas que agradecen "por los favores recibidos"




