"La invención vive de la mentira, pero por otro lado está la realidad. En el periodismo no puede haber mentira, se tiene que narrar los hechos tal como son y él (Gabo) era muy riguroso en separar estos dos elementos", recordó Ramírez durante un diálogo con el escritor colombiano Guido TamayoRamírez, también exvicepresidente de Nicaragua, relató su primer encuentro con García Márquez, que se dio en condiciones "extraliterarias" en 1977, cuando le pidió que mediara ante el entonces presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, para que reconociera al Gobierno nicaragüense que se establecería después del derrocamiento del dictador Anastasio Somoza, ocurrido finalmente en 1979"Nosotros (los sandinistas) realizábamos intentos para el derrocamiento de la dictadura, se preparaba un lanzamiento guerrillero con el que se pretendía tomar los cuarteles... Tuve el encargo de venir a Bogotá a convencerle, yo le expuse mi misión y él de inmediato dijo que sí con entusiasmo", relatóSobre esos y otros acontecimientos de la revolución sandinista, García Márquez escribió un guión que nunca fue convertido en filme, después de haber entrevistado en Cuba al comando guerrillero que participó el 22 de diciembre de 1974 en la toma de una casa de un alto funcionario del Gobierno en la que fueron secuestrados familiares del dictadorDe igual forma, Márquez redactó un reportaje sobre la "Operación Chanchera" ocurrida el 22 de agosto de 1978, basado en entrevistas a los guerrilleros participantes de la toma del Palacio Nacional en ManaguaDe esa manera, recordó Ramírez, el autor se servía de la realidad para escribir sus historiasEl político nicaragüense señaló que "la verdadera revolución que consiguió Gabo fue la de la lengua española, pues tenía la virtud de transmitir el lenguaje oral al lenguaje escrito"En los debates de mañana y el sábado en el foro se analizarán asuntos como los esfuerzos del nobel por crear una nueva escuela de periodismo en Colombia en los años 80 y 90 del siglo pasado con la revista Cambio y el noticiero de televisión QAP, así como la creación de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que lleva su nombre.