Caracas, una ciudad partida en dos
Quien recibe ayuda del Gobierno se mantiene tranquila en su casa, mientras quienes no, salen a las calles a protestar.

En la Plaza Altamira suenan sirenas y tiros en las noches. En el día, familias completas, jóvenes en sus motos, elevan la bandera venezolana y se protegen del sol con cachuchas tricolor reclamando cambios
Son un grupo homogéneo, de clase media, parecen estar pasando una tarde cualquiera en un parque. Es esa misma clase media a la que Maduro desprecia y llama oligarcas, pero son los mismos sectores a los que también pertenecen oficiales del ejército a los que les afecta una inflación que supera el 60 por ciento y un desabastecimiento del 30 por ciento en los productos básicos, así como una inseguridad que se cifra en 15 mil asesinatos al año. Ya son un millón los venezolano que se han ido del país
En el centro de Caracas, los que reciben el mercal no están protestando. Aunque en los días recientes, se empiezan a movilizar en los estados chavistas de Yacarí y Bolìvar, y los pueblos de Anzuategui y Barinas
Entre unos y otros están los estudiantes que se han volcado a las calles. Esos estudiantes deben sin embargo enfrentar los protagonismos de una oposición que está unida en la protesta pero que pelea el micrófono en la tarima. Son tres grupos, el de Ledesma (AVP), el de Capriles (Primero Justicia) y el de Leopoldo López
Para quienes reciben los diversos subsidios del Gobierno, unos 5 millones, la realidad es otra
La gente se moviliza en motos. Muchas estaciones del metro están paralizadas
Los comercios, cerrados o con poco para vender. La escasez es una realidad para todas las clases o estratos. Y es aquí donde los especuladores hacen su agosto. Los grandes empresarios y quienes conservan sus fortunas son otro capítulo de esta historia.



